A partir del 2 de enero comenzarán las obras de refacción que permitirán abrir el Museo de la Memoria en la esquina de Córdoba y Moreno el 24 de marzo del año que viene. El nuevo museo, que funciona desde 2001 en avenida Aristóbulo del Valle y Callao, mantendrá los actuales departamentos de trabajo que comprenden biblioteca, centro de investigación, educación y coordinación de muestras. "La diferencia es que el espacio para todas esas áreas será más amplio que el que existe ahora. La intención es que tenga todo lo que tiene un museo importante del mundo", destacó Rubén Chababo, director del Museo. Desde hace un tiempo un equipo de creativos del Museo de la Memoria está trabajando junto a miembros de la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad, a cargo de Mirta Levin, en el proyecto que pretende llevarse a cabo en las instalaciones de la casona, ubicada en la esquina de Córdoba y Moreno y un sitio emblemático de lo que fue la represión ilegal ya que desde allí, donde funcionaba el comando del II Cuerpo del Ejército, se daban las órdenes militares para toda la región. "Hasta el 31 de diciembre de este año en ese lugar seguirá funcionando el bar Rock and Fellers y estimamos que el 2 de enero podremos ingresar para poner manos a la obra", indicó Chababo. Usualmente los museos son cuestionados como instrumentos de cristalización de la memoria. Como realizaciones estáticas, se los opone a una memoria que se reelabora en función de los desafíos que el presente plantea para quienes quieren pensar los acontecimientos del pasado en un sentido histórico. Sin embargo, Chababo señaló que "la intención es que el sitio sirva para preservar la memoria, por lo tanto el diseño buscará ser un homenaje a los desaparecidos pero también una instancia para contar lo que sucedió durante la última dictadura militar". Y agregó: "Aunque el boceto no está terminado la esencia del Museo se organizará a través de un relato sensible y conmovedor sobre la importancia de las dictaduras en lo que hace a la violación de los derechos humanos y libertades". Basado en otros espacios de la memoria del mundo, el de Rosario pretende tener el sello del pasado pero sin perder de vista la actualización de los acontecimientos del presenta. "Ya comenzamos a trabajar en el diseño de exhibición con el que se van a encontrar los visitantes cuando lleguen al Museo, para poder contar lo que pasó en el país y en la ciudad entre 1976 y 1983", contó Chababo. Entre las experiencias anteriores reconocidas a nivel internacional que sirvieron de referencia para pensar el Museo de la Memoria de Rosario, Chababo mencionó al Museo del Holocausto de Washington y al Museo Judío de Berlín. “No serán necesariamente parecidos a los que vamos a construir pero si estarán vinculados en lo que hace al campo creativo”, consideró. En este sentido, Chababo explicó que a partir de poder ingresar al inmueble declarado patrimonio histórico de la ciudad se está haciendo un análisis minucioso de cada espacio para pensar en su aprovechamiento. "Estamos seguros que vamos a reutilizar de una manera especial es el sector del patio terraza que nos dará un gran rendimiento para una serie de actividades", adelantó.