El papa Francisco recibió de regalo un vehículo Lamborghini pero no se lo quedó. Rápidamente, ordenó ponerlo en subasta para juntar fondos que tendrán como destino obras de caridad.

El pontífice argentino recibió ayer en su residencia de Santa Marta a la cúpula de la automotriz de lujo, que le obsequió "una edición única del modelo Huracán", un automóvil que en su versión tradicional cuesta desde 230.000 euros.

Según informó la oficina de prensa del Vaticano, Jorge Bergoglio decidió subastar el auto a través de la casa Sotheby's y repartir lo recaudado en tres proyectos humanitarios.

Los fondos se dividirán entre un proyecto que busca ayudar el retorno de cristianos a la meseta iraquí de Ninive a través de la reconstrucción de sus casas; la comunidad papa Juan XXIII, que ayuda a mujeres víctimas de la trata y la prostitución; y a dos organizaciones italianas que prestan ayuda humanitaria en África, especialmente a mujeres y niños.