El Papa Francisco dijo este martes que una mujer que queda embarazada es "mujer pero también madre", es decir que "cambia su actitud hacia la vida".
Durante la homilía de la misa en Santa Marta, Bergoglio afirmó este martes que "una cosa es vivir en la esperanza, porque en la esperanza somos salvados, y otra cosa es vivir como buenos cristianos, no más. Pienso en María, una muchacha joven, cuando tras escuchar que era madre cambió su actitud y fue, ayudó y cantó ese cántico de elogios".
"Cuando una mujer queda embarazada es mujer, pero no es nunca sólo mujer, es madre. Y la esperanza tiene algo de esto, nos cambia la actitud: somos nosotros, pero no somos nosotros; somos nosotros, buscando allí, anclados allí", afirmó el Papa al reflexionar sobre la mujer embarazada y la esperanza.
Esta reflexión parte de San Pablo y del "ícono del parto". "Estamos en espera –comentó Francisco–, esto es un parto. Y la esperanza está en esta dinámica de "dar vida".
Además, señaló que "la primicia del Espíritu no se ve, y sin embargo el Espíritu trabaja. Trabaja en nosotros como si fuese un granito de mostaza pequeño, pero dentro está lleno de vida, de fuerza, que va adelante hasta convertirse en árbol".
Durante la homilía de la misa en Santa Marta, Bergoglio afirmó este martes que "una cosa es vivir en la esperanza, porque en la esperanza somos salvados, y otra cosa es vivir como buenos cristianos, no más. Pienso en María, una muchacha joven, cuando tras escuchar que era madre cambió su actitud y fue, ayudó y cantó ese cántico de elogios".
"Cuando una mujer queda embarazada es mujer, pero no es nunca sólo mujer, es madre. Y la esperanza tiene algo de esto, nos cambia la actitud: somos nosotros, pero no somos nosotros; somos nosotros, buscando allí, anclados allí", afirmó el Papa al reflexionar sobre la mujer embarazada y la esperanza.
Esta reflexión parte de San Pablo y del "ícono del parto". "Estamos en espera –comentó Francisco–, esto es un parto. Y la esperanza está en esta dinámica de "dar vida".
Además, señaló que "la primicia del Espíritu no se ve, y sin embargo el Espíritu trabaja. Trabaja en nosotros como si fuese un granito de mostaza pequeño, pero dentro está lleno de vida, de fuerza, que va adelante hasta convertirse en árbol".