Los dos fabricantes de automóviles de Baviera, BMW y Audi, lucharon para repartirse al papa Benedicto XVI durante su viaje a su región natal, un asunto en el que tuvo que decidir el arzobispado de Munich.

Mientras que a su llegada a Alemania el jefe de la Iglesia católica fue llevado a Munich desde el aeropuerto a bordo de un BMW 700, durante su visita de hoy a Ratisbona ha realizado los trayectos en un Audi A8.

Para BMW era importante sobre todo que el Papa realizara ese primer viaje desde el aeropuerto en un coche de la compañía. "Para nosotros era importante ser los primeros en llevar al Papa", dijo un portavoz, asegurando que ello supone para la empresa una mejora en la imagen.

"Si el Papa está en Munich, entonces tiene que ir en un BMW", añadió el representante de la compañía con sede en la capital de Baviera, según informó la agencia alemana DPA.

También Audi expresó su satisfacción por poder llevar al prominente pasajero. "Lo importante en definitiva es estar visibles", dijo un portavoz, quien consideró que en la industria automotriz es una cuestión importante "quién es el que va dentro".

En su actual visita a Baviera, Joseph Ratzinger ha ido en numerosas ocasiones en un "Papamóvil" de Mercedes-Benz. La marca, sin embargo, no es de Baviera sino de la vecina Baden-Wuerttemberg.