Este viernes se llevó a cabo en el Vaticano el encuentro del Papa Francisco con jueces y fiscales de varios países, con dos temas principales: trata de personas y crimen organizado. En representación de la Justicia argentina viajaron unos 20 magistrados, encabezados por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Rosario también estuvo representada a través del juez federal Carlos Vera Barros, que contó su experiencia en diálogo con Radio 2.

En contacto con el programa La primera de la tarde, que conduce Sergio Roulier en Radio 2, Vera Barros dijo que “fue una jornada muy larga con una seguidilla de cursos muy interesantes sobre trata de personas”.

“El ingreso del Papa fue un momento muy emocionante, aquí hay creyentes y no creyentes pero todos quedamos realmente muy emocionados”, confesó el magistrado rosarino, cuyo testimonio público fue toda una novedad porque tiene como premisa no salir en los medios.

Respecto del mensaje del Sumo Pontífice hacia ellos, Vera Barros detalló que “el Papa tuvo hacia nosotros palabras de aliento para seguir adelante con las investigaciones, poniendo en relieve la importancia que tiene para una sociedad el trabajo de los jueces”.

“Nos alentó a ser independientes del poder político, a no caer en la telaraña de la corrupción; fueron palabras que nos llegaron mucho”, aseguró.

Este sábado, en la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, los jueces harán sus exposiciones sobre temas puntuales. “La recomendación es reflexionar sobre casos concretos, se trata de describir la aldea para intentar describir el mundo”, contó. Y luego reconoció que “el Papa ha dicho antes y mejor lo que vamos a intentar decir nosotros mañana”.

Los temas que tocará Vera Barros serán “la estigmatización, el ajuste de cuentas; cuestiones que se utilizan para justificar la inactividad, pasividad o complicidad del Estado”, según anticipó.

Además de Vera Barros, la comitiva está integrada por jueces y fiscales que están o estuvieron al frente de casos muy resonantes en los últimos tiempos, como Sebastián Casanello -al que Francisco recibió a solas-, María Romilda Servini de Cubría y Ariel Lijo. 

“Corrupción, uno de los grandes males”

Francisco denunció ante jueces de más de 10 países que “la corrupción en todos los niveles es uno de los grandes males del mundo de hoy”, al tiempo que les pidió “recuperar los bienes de traficantes y delincuentes para ofrecerlos a la sociedad”, calificó la trata de personas como un "crimen de lesa humanidad" y defendió la participación de la Iglesia "en la alta política".

"No cabe el adagio de la ilustración de que la Iglesia no deba meterse en política: la Iglesia debe meterse en la alta política, porque, cito a Pablo VI, la política es una de las formas mas altas del amor, de la caridad", ratificó y criticó a quienes "quieren dar una visión ilustrada de lo que debe ser una academia".

“Sin duda, uno de los más grandes males sociales del mundo de hoy es la corrupción en todos los niveles, la cual debilita cualquier gobierno, la democracia participativa y la actividad de la justicia”, denunció el Papa argentino, antes de sacarse la foto grupal con los participantes y de definir como "verdaderos crímenes de lesa humanidad" a la trata, tráfico de personas y las nuevas formas de esclavitud, como el trabajo forzado, la prostitución, el tráfico de órganos, el comercio de la droga y la criminalidad organizada".

“A ustedes, jueces, corresponde hacer justicia, y les pido una especial atención en hacer justicia en el campo de la trata y del tráfico de personas y, frente a esto y al crimen organizado, les pido que se defiendan de caer en la telaraña de las corrupciones”, sentenció el Papa, sentado al lado del legislador porteño Gustavo Vera, uno de los organizadores del encuentro.