El papa Francisco abogó este jueves en el Congreso de Estados Unidos por la "abolición mundial de la pena de muerte" porque "una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación". También criticó el “extremismo ideológico” y habló, entre numerosos temas, de la crisis migratoria, las relaciones norteamericanas con Cuba y el cambio climático.
Sobre su intención de eliminar la pena capital como condena a hombres y mujeres, el Papa argentino, primer pontífice que interviene ante el Congreso estadounidense, señaló: "Estoy convencido que éste es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad solo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito".
Recordó, en ese sentido, que "el parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros", según reproduce la agencia EFE.
"La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo", agregó Jorge Mario Bergoglio en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en Estados Unidos.
El Papa pronunció un discurso en el que utilizó como referencias cuatro personalidades de la historia estadounidense, el expresidente Abraham Lincoln, el Premio Nobel de la paz Martin Luther King, la fundadora del Movimiento de Trabajadores Católicos, Dorothy Day, y el monje cisterciense Thomas Merton.
“Trabajar contra el extremismo ideológico”
En otro orden, Francisco dijo que "ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico" y sostuvo que "combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar".
El Papa indicó en su intervención que "el mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión".
"Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar", añadió el primer Papa latinoamericano.
Un guiño a los sin techo
Francisco visitó más temprano en Washington un centro caritativo donde se encontró con varios personas sin hogar a las que dijo que no hay "ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese" para aceptar su situación.
"Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos", les explicó.
"Ante situaciones injustas, dolorosas, la fe nos aporta esa luz que disipa la oscuridad. Al igual que a José, la fe nos abre a la presencia silenciosa de Dios en toda vida, en toda persona, en toda situación. Él está presente en cada uno de ustedes, en cada uno de nosotros", dijo.
El centro para los sin techo, unos doscientos de los cuales asistieron al encuentro con el papa, está vinculado a la parroquia de San Patricio, históricamente, la primera de Washington (1794).