Fernanda Blasco

La cancioncita del Sapo Pepe es tan conocida como pegadiza. Y aunque puede que algunos aún no la conozcan, seguro que hasta ellos vieron los productos que tienen estampada la cara del famoso personaje verde, desde remeras y tazas hasta paraguas. Probablemente seducidos por el estribillo o por el abundante marketing, fueron muchos los rosarinos que aceptaron la propuesta de ver el nuevo espectáculo protagonizado por el simpático animalito.

Numerosas madres, algunos padres y por supuesto una multitud de niños coparon este sábado el teatro El Círculo, donde se presentó el último show de El Sapo Pepe. Ya divorciado de Adriana pero escoltado por dos jóvenes y talentosas Pepas con buenas voces y mucha energía, el animalito ofreció una historia simple que, con mucho ritmo y propuestas interactivas, logró entretener a los más chicos.

Ambientado en Sapolandia, el espectáculo narra algo así como un día en la vida de El Sapo Pepe. Las Pepas, sus amigas, lo deben despertar, algo que a él le cuesta bastante. En medio de la rutina se introducirán juegos, también discusiones y algunas enseñanzas. Es clave el rol de un cartero amigo, quien visita varias veces la casa de Pepe con regalos, sorpresas y misterios.

Buena escenografía e iluminación acompañan Se canta en Sapolandia. Las canciones se suceden, una tras otra, encadenadas a través de algunos diálogos. De fondo, se proyectan algunos videos que complementan la acción que transcurre en el escenario. De bonus, algún efecto especial. Se propone además mucha interacción con el público, algo que la gente acepta gustosa: chicos y grandes completan frases, repiten palabras y responden a preguntas de los protagonistas. Además de bailar y cantar con ellos, claro.

Como era de esperarse, el clímax de la obra llegó cuando sonaron los primeros acordes del famoso tema. Sí, la canción del Sapo Pepe. Es cuando el teatro se puso de pie y estalló con gritos del estilo "Yo tengo un sapo" y "Pepe vení". Fascinante ver cómo repetían la letra los más chicos, que en ese momento ingresaron en una especie de trance. Ojo que algunos padres no se quedaron atrás y saltaban, entusiasmados, más que su prole. Después de todo, la canción es y será un elemento principal en cualquier show de Pepe. El resto, son solo detalles.

Lejos, muy lejos de Pepe quedó aquella maestra jardinera, de cuya mano saltó a la fama. Justicia de por medio, El Sapo Pepe se independizó de Adriana. Y ella también de él. A ambos parece estar yéndoles bastante bien, aunque deban esforzarse por no demostrar públicamente lo mucho que les molesta que les pregunten por su ex pareja. Y, en particular, lo mucho que les disgusta que les propongan volver a hacer algún show juntos, que sería sin dudas un éxito.