Luego de 12 años de lucha, la Cámara alta aprobó por unanimidad el texto que habilita a las personas no videntes a ingresar y permanecer en espacios públicos y privados con su mascota de asistencia. Para el rosarino Maximiliano Marc, impulsor de la medida, éste es sólo un paso, el marco legal para promover el entrenamiento de canes. “Nuestra vida depende de ellos y un perro que esté mal entrenado, que se asuste a la hora de cruzar una calle puede ponernos en riesgo”, sostuvo.
Según publicó El Ciudadano, el texto que sancionó este jueves el Senado garantiza el derecho de toda persona ciega o con disminución visual a acceder con su mascota en locales comerciales, organismos oficiales, hoteles, centros turísticos, deportivos, culturales, educativos, como así también en transportes públicos y estaciones terminales.
Para Marc, ello significa dejar de pelear “con el colectivero, con el del supermercado, con el del cine, con el guardia de seguridad del shopping”. Hoy en día, aseguró, ya nadie se sorprende de verlo acompañado por Bandit quien desde hace cuatro años se convirtió en su más fiel amigo, pero insistió en que aún falta mucho por hacer: “Hay que trabajar muchísimo en la concientización, informar a la gente y seguir abriendo puertas para que todas las provincias adhieran”.
El largo camino al Congreso comenzó en 2001, pero hasta ayer nunca habían logrado que el proyecto se tratase en el Senado: las siete veces que fue admitido en el Congreso, las siete naufragó la iniciativa en la Cámara baja.
El próximo paso ahora es conseguir la ayuda del Estado para poner en funcionamiento escuelas de entrenamiento canino: “Lo que intentamos con esta ley fue dar el marco legal a los perros para que después podamos ir por todo lo otro. Si no podemos circular libremente con los perros no nos servirá de nada tener un criadero en el país”.
Según publicó El Ciudadano, el texto que sancionó este jueves el Senado garantiza el derecho de toda persona ciega o con disminución visual a acceder con su mascota en locales comerciales, organismos oficiales, hoteles, centros turísticos, deportivos, culturales, educativos, como así también en transportes públicos y estaciones terminales.
Para Marc, ello significa dejar de pelear “con el colectivero, con el del supermercado, con el del cine, con el guardia de seguridad del shopping”. Hoy en día, aseguró, ya nadie se sorprende de verlo acompañado por Bandit quien desde hace cuatro años se convirtió en su más fiel amigo, pero insistió en que aún falta mucho por hacer: “Hay que trabajar muchísimo en la concientización, informar a la gente y seguir abriendo puertas para que todas las provincias adhieran”.
El largo camino al Congreso comenzó en 2001, pero hasta ayer nunca habían logrado que el proyecto se tratase en el Senado: las siete veces que fue admitido en el Congreso, las siete naufragó la iniciativa en la Cámara baja.
El próximo paso ahora es conseguir la ayuda del Estado para poner en funcionamiento escuelas de entrenamiento canino: “Lo que intentamos con esta ley fue dar el marco legal a los perros para que después podamos ir por todo lo otro. Si no podemos circular libremente con los perros no nos servirá de nada tener un criadero en el país”.