Sí, claro. El más aplaudido en el acto en el templo evangélico de Provincias Unidas al 2000 fue el presidente Néstor Kirchner. Pero también Jorge Obeid y el intendente Miguel Lifschitz tuvieron lo suyo.

El que llevó hinchada propia aunque no habló fue Agustín Rossi. Sin embargo, los simpatizantes del Chivo se encargaron de decorar con silbidos el discurso de Lifschitz. Que, entre tanto bombo peronista, tuvo que levantar la voz más que nunca para hacerse escuchar.