El asma es la enfermedad crónica respiratoria más frecuente en las embarazadas, por lo que su control ayuda a evitar complicaciones como el parto prematuro y bebés de bajo peso al nacer, indicó un informe médico.

Juan Arturo Precerutti, director de la sección Neumonología Clínica y Crítica de AAMR y jefe de Neumonología del Hospital Italiano de Buenos Aires, sostuvo que "la gran mayoría de las pacientes embarazadas asmáticas pueden respirar sin inconvenientes, realizando un tratamiento adecuado".

En ese sentido, Precerutti consideró que "las pacientes asmáticas que se han embarazado deben continuar con el tratamiento para esta enfermedad porque suspender en forma brusca la medicación, puede llevar a aumentar la hiperreactividad bronquial y desencadenar crisis asmáticas con potencial daño para el bebé y ellas".

El asma es una enfermedad frecuente que la padece entre el 3 y 6 por ciento de la población y se caracteriza por la obstrucción generalizada de los pequeños bronquios, lo cual provoca dificultad respiratoria.

Esa patología se produce debido a una inflamación crónica de la vía aérea en pacientes con cierta predisposición genética y esa obstrucción puede ser desde leve hasta severa, pudiendo poner en riesgo la vida del afectado en el caso de que no esté controlado.

Precerutti destacó en el informe médico que "la gran mayoría de las pacientes embarazadas con asma pueden llevar un embarazo normal y tener un bebé sano como la mayoría de las mujeres no asmáticas".

El neumonólogo destacó que el comportamiento del asma durante el embarazo "es variable, un tercio de las pacientes asmáticas que se embarazan mejoran su asma, otra tercio continúa con el mismo nivel y la misma cantidad empeora".

Señaló que "en aquellas en que el asma empeora es de esperar un mayor número de crisis, en especial entre las 17 y 24 semanas, siendo menores en el último mes y en general durante el parto no se agrava el asma".

Manifestó la importancia de controlar el asma porque "comparado con mujeres no asmáticas, el mal manejo de esta enfermedad se asocia a parto prematuro, bajo peso, mayor número de cesáreas e hipertensión en la madre".

Insistió en que "un asma bien manejado reduce sustancialmente esos riesgos" y agregó que "el utilizar correctamente la medicación de sostén, evita posibles desencadenantes como los alérgicos".

Pero también deben adoptarse otras medidas como "el prevenir infecciones como la gripe a través de la vacunación y el no fumar".

Las AAMR recomienda en general el uso de la medicación inhalatoria para las embarazadas asmáticas, ya que se administran dosis muy bajas de medicación con menos posibilidad de efectos nocivos y es casi nulo el riesgo para la madre o el bebé.

Además, añadió que es mucho mayor el riesgo de no controlar al asma durante el embarazo ante las posibles consecuencias que puedan tener un ataque severo sobre la madre o el bebé, que la escasa posibilidad de tener algún efecto adverso.

Fuente: Telam