Un nuevo estudio proporciona la primera evidencia biológica de que la experiencia por partida doble que tienen los bilingües con el lenguaje "afina" su sistema nervioso auditivo y les ayuda a procesar más hábilmente las comunicaciones verbales que reciben, permitiéndoles mejorar en capacidad de atención y en memoria de trabajo.

La memoria de trabajo es la habilidad de manipular y usar la información almacenada brevemente en la mente. Es la que nos permite, por ejemplo, recordar un número telefónico que nos acaban de decir por vez primera, de manera que podamos marcarlo de un tirón, aunque instantes después ya no lo recordemos.

El equipo de Viorica Marian, experta en bilingüismo, y Nina Kraus, especializada en neurociencia auditiva, ambas de la Universidad del Noroeste en Evanston, Illinois, Estados Unidos, ha investigado cómo el bilingüismo modifica el cerebro. En particular, Marian, Kraus, Jennifer Krizman, Anthony Shook y Erika Skoe, analizaron regiones auditivas subcorticales que reciben señales procedentes de las zonas cerebrales más vinculadas a la cognición.

Kraus ya había mostrado, basándose en análisis de las regiones auditivas subcorticales, que tocar de manera habitual un instrumento musical de por vida mantiene en un grado mejorado el procesamiento del lenguaje. Para el nuevo estudio, el equipo se planteó si el bilingüismo también podría promover cambios dependientes de experiencias en la codificación básica del sonido en el tallo cerebral - una parte evolutivamente antigua del cerebro.

La respuesta es un rotundo Sí, a juzgar por los resultados del estudio. El equipo de investigación encontró que la experiencia del bilingüismo cambia el modo en que el sistema nervioso responde al sonido.

La gente hace crucigramas y otras actividades para mantener “despierta” su mente. Pero las ventajas descubiertas por el equipo de Marian y Kraus en los bilingües son el resultado automático del mero hecho de conocer y usar dos idiomas. Parece que los beneficios del bilingüismo son singularmente potentes y amplios, e incluyen beneficios en la capacidad de atención, la de inhibición y la habilidad de manejar la codificación del sonido.

En estudios futuros, Kraus y Marian investigarán si es posible obtener estas ventajas aprendiendo un idioma en una etapa ya avanzada de la vida.

Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología