Gabriela Müller soporta desde hace tiempo la construcción de un edificio de doce pisos al lado de su casa, de calle Paraguay 2.156. Había dejado pasar los ruidos molestos, la suciedad del polvillo y hasta el daño que éste le causó a sus plantas. Sin embargo, la tarde del viernes no pudo más.

Una de las paredes de su casa, lindera con la obra en construcción, cedió por completo cuando una importante cantidad de hormigón líquido fue descargado. La medianera no resistió semejante peso y se rompió con lo que un torrente de material ingresó a su hogar causando destrozos.

Ante la presencia del móvil de Radio 2, la damnificada, expresó: “Llamé a Obras Particulares y me dijeron que trabajaban hasta las 13, que llamara el lunes”, contó irritada. “Al lado de mi casa se levanta un edificio y está bien que la empresa constructora haga su negocio pero algún organismo debería supervisar”, exclamó tras admitir que este tipo de invasión no es la primera vez que ocurre.