En la última actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) en el mundo, la OMS da un paso hacia la legitimación del concepto, al reconocer el "desorden del comportamiento sexual compulsivo", o CSBD, como trastorno mental.

Pero el organismo de Naciones Unidas no está de acuerdo en relacionarlo con comportamientos adictivos tales como la adicción a las drogas o al juego, y subraya que se requieren aun investigaciones antes de considerar al trastorno como adicción.

"Hablando de manera moderada, no consideramos que el asunto (...) sea equivalente a lo que ocurre con el alcohol o la heroína", señaló el experto Geoffrey Reed de la OMS a la AFP el sábado.

Reed indicó que es importante que el CIE, usado mundialmente como punto de referencia para diagnosticar enfermedades por parte de los aseguradores, incluya una corta definición del trastorno del comportamiento compulsivo sexual para que quienes estén afectados por él puedan tener ayuda.

"Hay gente que no controla su comportamiento sexual y sufre por ello", añadió y agregó que su comportamiento les causa "muchos problemas". "Es un tipo de población que tiene un problema legítimo de salud y puede acceder a un legítimo tratamiento", agregó.

No está claro aún cuantas personas sufren de este trastorno, pero Reed indicó que la inclusión en el CIE llevará a nuevas investigaciones sobre el problema y su prevalencia, así como a determinar los mejores tratamientos.

Pero inclusive aunque no se le otorgue la caracterización de trastorno, Reed dijo que esto dará "seguridad", ya que algunas personas se darán cuenta de que tienen "un verdadero problema" y pueden buscar tratamiento.

Reed dijo que no cree que haya razones para temer que la inclusión del CSBD en la lista de trastornos sea usada por personas como Harvey Weinstein para exonerarse de comportamientos delictivos. "Esto no excusa el abuso sexual o la violación, de la misma manera que ser alcohólico no excusa de conducir un auto en estado de ebriedad", añadió.

El documento, que debe ser aprobado por los países miembros en la Asamblea General en Ginebra en el próximo mayo, tendrá efecto a partir del 1 de enero de 2022 si es adoptado.

Fuente: docsalud