Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuidados paliativos se refieren a una atención de excelencia multidisciplinaria, que abarque no solamente los aspectos físicos y psicosociales, sino también los aspectos espirituales de cualquier persona con enfermedad avanzada para la cual ya no hay tratamiento curativo.

En la Argentina existe casi un centenar de equipos profesionales que se dedican a dar cuidados paliativos en el sector privado y en hospitales públicos, pero la mayoría de los pacientes que podrían requerirlo no acceden a ese tipo de asistencia.

“En la medida en que el alivio del sufrimiento se convierte en una necesidad urgente, el acceso al tratamiento paliativo de pacientes con enfermedades activas, progresivas y avanzadas se transforma en un derecho”, afirmó la doctora Graciela Jacob, coordinadora del programa de cuidados paliativos del Instituto Nacional del Cáncer (INC) y ex presidenta de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos.

La especialista destacó que “eldolor se ha transformado en una epidemia mundial. Los estudios de la OMS sugieren que cada año, aproximadamente 4,8 millones de personas con cáncer en el mundo sufren dolor de una intensidad moderada a grave sin recibir tratamiento, a lo que hay que agregar a las millones de personas que presentan dolor agudo o crónico no relacionado con cáncer al final de la vida”.

En América Latina, sólo el 12 por ciento de los pacientes de grandes ciudades que necesitan de cuidados paliativos pueden acceder a los mismos. Este escaso porcentaje cae a cero cuando se trata de zonas alejadas de centros urbanos.

“Respecto del alivio del dolor existen barreras a distintos niveles. Muchas veces reglamentaciones excesivamente engorrosas desalientan la prescripción de analgésicos efectivos como la morfina. A nivel profesional, existen mitos y reticencias a la receta, por falta de conocimiento específico sobre el uso de medicamentos para el alivio del dolor. Esto requiere una política de educación continua. En el plano social, los pacientes y sus familiares siguen teniendo el prejuicio de que morfina y muerte son palabras sinónimas. Y esto se ha producido porque, en efecto, se indica la analgesia demasiado tarde”, explicó la especialista.

Según la doctora Jacob, actualmente la tendencia mundial “es brindar cuidados continuos, lo que supone la atención integral de la persona en su realidad biológica, psicosocial y espiritual. Eso abarca todas las fases de la enfermedad oncológica: desde la prevención y el diagnóstico hasta el tratamiento de soporte y sintomático, llegando eventualmente al cuidado del final de la vida. Esta aproximación supone un cambio del paradigma del modelo biomédico e incluye la medicina cuidadora”.

Fuente: Instituto Leloir