Habrá que esperar, como mínimo, una semana más para que los concejales debatan en sesión la posibilidad de prórroga de la liberación del tránsito en el microcentro. La comisión de Ecología trató el tema pero, contrariamente a lo esperado, no logró que ninguna de las posturas fuera aprobada por la mayoría: el socialismo apoya la idea del intendente Lifschitz de extender la prórroga dos años más, el justicialismo cree que el lapso ideal es un año (en el ínterin quiere que se realicen más análisis de impacto ambiental) y el ARI considera que lo mejor es volver a cerrar el tránsito en el microcentro. “Creemos que fue un error abrir el microcentro a los autos particulares. Pero creemos que se puede subsanar ese error y por eso intentamos que se vuelva atrás, que se cierre el microcentro y que sólo circulen en esa zona unidades de servicio público”, explicó Carlos Comi, concejal del ARI. El edil consideró que este proyecto “va a contramano de las políticas que se toman en las grandes ciudades del mundo, donde se ponen trabas a la circulación”. Otra es la postura del municipio, que considera que está totalmente comprobado que la apertura vehicular del microcentro atrae mayor movimiento a la zona e incrementa el nivel de ventas en los comercios. Además, según estudios dinfudidos por la Municipalidad, no aumentaron significativamente los accidentes de tránsito ni los niveles de contaminación ambiental desde que se implementó la norma. Si bien el justicialismo no se niega a la prórroga propuesta por los socialistas, considera que lo ideal sería aprobar la extensión por lapso de un año y no por dos. Los justicialistas creen que sería ideal realizar más estudios de impacto ambiental antes de comprometerse a liberar el tránsito por un año más. La medida de permitir que autos particulares ingresen al microcentro fue tomada hace tres años, luego de 23 de restricciones al libre tránsito en el corazón de la ciudad. El proyecto se presentó en respuesta al reclamo de las asociaciones empresarias, de comerciantes y asociaciones de amigos de las calles céntricas de la ciudad. Además de la apertura del tránsito, la ordenanza estableció nuevas reglas, como la velocidad máxima de 30 kilómetros por hora y el estacionamiento medido en el área, que explota el municipio.