Pongamos en análisis la elección del seleccionador argentino, luego del Mundial de Alemania. Fue una nueva muestra del poder dictatorial del presidente de la AFA quien, ante la renuncia de Pekerman a su cargo, considerando un ciclo cumplido luego de ser eliminado por penales en cuartos de final por los locales, dio un paso al costado.

Grondona, pesado, opresivo, “mafioso” como lo calificó Maradona en comedia de enredos que amenaza con continuar, determinó en menos de veinticuatro horas que el inefable y afortunado Alfio Basile iba a conducir el nuevo proceso. Por supuesto que no hubo consulta entre directivos, profesionales, sostenedores de este negocio provechoso para algunos futbol argentino, ni encuestas, ni análisis que emergieran claramente para calificar al elegido.

Era hora de darle desquite al técnico que en el Mundial 94 jugó “el mejor fútbol de todos, el que le gusta a la gente”, según el eterno presidente de AFA.

El técnico que condujo el proceso que desembocó de milagro en la clasificación al Mundial de Estados Unidos, después que una impiadosa goleada contra los colombianos en cancha de River, nos dejara a las puertas “del infierno” futbolístico.

Me cuenta uno de los referentes de aquel partido de repechaje ante Australia, que nos clasificó finalmente, que la charla técnica de Basile en el vestuario antes del primer partido fue esta: “Muchachos, no conozco a ningun jugador australiano, me dicen que hay que cuidarse de un tal Slater, pero nosotros somos argentinos, y a éstos hay que ganarles con la camiseta”.

Una feliz muestra de capacidad de análisis , de táctica y estrategia aplicada a ganar un partido , de conocer al rival, de jugar sabiendo virtudes y defectos del equipo a enfrentar.

O una ratificación de nuestra improvisación, de la dictatorial manera de manejarse del presidente de AFA, para quien hace rato “todo pasa” menos él, perpetuado en el poder hace 27 años, y el fútbol argentino que no gana nada hace 24, pero que elige el técnico que “le gusta a la gente”, bonachón, dueño de los códigos del fútbol, y que necesita desquite y revancha.