Una familia del barrio San Francisquito continúa conmocionada por lo ocurrido en mayo, cuando denunciaron a un docente de la escuela 1220 Gendarmería Nacional por intentar abusar sexualmente de una nena de diez años.

A poco más de dos meses del hecho, su padre, Gustavo, indicó en Radio 2 que la chica aún "tiene miedo de salir a la puerta de la casa y se le hace muy difícil el día a día". 

"Nos dijeron que después de las vacaciones de invierno le iban a hacer una cámara gesell y estamos acá esperando", afirmó al programa Pegando la Vuelta, a la hora de remarcar que aun no se produjo un encuentro con profesionales para analizar lo ocurrido en la escuela. Según lo que contó su esposa en su momento, "el profesor la había encerrado en el baño, la manoseó e intentó abusar de ella".

Además, el padre de la menor lamentó que nadie del ministerio de Educación se acerque a brindar ayuda para que pueda seguir estudiando en la casa, e indicó que su hija es asistida solamente por una psicóloga del centro de salud de su barrio.

Ella ya no concurre mas a la escuela en cuestión gracias a la intervención de su abogado, quien tuvo que hablar con la directora de la institución que, según Gustavo, "daba vueltas para darle el pase".

"Sé que hay varias madres que hicieron la denuncia", agregó y afirmó que "temo que el docente quede libre y cometa lo mismo con otros chicos".

En tanto, contó que se registraron agresiones contra su domicilio, que él mismo relaciona con este hecho: "Tiraron objetos contundentes contra la puerta y rompieron los vidrios de una ventana", cerró Gustavo.

La causa judicial

Durante una audiencia imputativa realizada a fines de mayo en los Tribunales provinciales, el docente quedó imputado y se le dictó prisión preventiva por 40 días. Luego, a principios de junio, se morigeró la medida y pasó a prisión domiciliaria con acuerdo de la familia denunciante.

Según informó oficialmente el Ministerio Público de la Acusación (MPA), a Nelson P., de 52 años, se le adjudican los cargos de “abuso simple agravado por ser cometido por el educador de la menor, abuso gravemente ultrajante cometido por un agente de la educación y dos amenazas coactivas”.