Un hombre sufrió un violento y extraño episodio este jueves a la mañana cuando fue reducido por un grupo de hombres que pretendían que le entrega “el dinero o la droga”. No sólo fueron a su casa y le robaron algunas joyas sino que lo llevaron a la autopista Rosario-Córdoba y lo abandonaron maniatado. La policía supone que lo confundiero con un comerciante de estupefacientes.
“Es un buen vecino, no tiene nada que ver. Le decían que le den el dinero o la droga”. El jefe de la Brigada de Investigaciones de Rosario, Ángel Oliva confirmó, en diálogo con Radio 2, que el empresario secuestrado en zona sur fue confundido con un presunto vendedor de drogas. “Una mejicaneada, los delincuentes buscan los llamados kioscos y se llevan las sustancias que comercializan”, explicó.
“Es un buen ciudadano que fue sorprendido en zona sur, donde vive con su familia, a las siete de la mañana, cuando sacó a pasear su mascota”, informó el policía quien destacó que la “víctima está bien pero shockeado por lo que le tocó vivir”.
Eduardo A., de 62 años, no sospechó que su vida cambiaría ese jueves, pasadas las 6 de la mañana. Como todos los días, salió de su casa de Bermúdez al 5100 para que su perro paseara e hiciera sus necesidades. En inmediaciones de Buenos Aires y Esteban de Luca, dos hombres lo abordaron y los obligaron a entrar en un Fiat 128.
Allí lo maniataron con precintos plásticos y a los gritos le exigían “el dinero o la droga”. Después le quitaron la llave de su casa y se dirigieron hacia allá. Una vez en el interior de la vivienda, también redujeron a la esposa de la víctima, revolvieron el lugar y se alzaron con algunas alhajas.
A continuación, obligaron, una vez más, al empresario a subirse al auto y lo dejaron maniatado en la autopista Rosario-Córdoba, en cercanías del puente peatonal de calle Wilde.
“Es un buen vecino, no tiene nada que ver. Le decían que le den el dinero o la droga”. El jefe de la Brigada de Investigaciones de Rosario, Ángel Oliva confirmó, en diálogo con Radio 2, que el empresario secuestrado en zona sur fue confundido con un presunto vendedor de drogas. “Una mejicaneada, los delincuentes buscan los llamados kioscos y se llevan las sustancias que comercializan”, explicó.
“Es un buen ciudadano que fue sorprendido en zona sur, donde vive con su familia, a las siete de la mañana, cuando sacó a pasear su mascota”, informó el policía quien destacó que la “víctima está bien pero shockeado por lo que le tocó vivir”.
Eduardo A., de 62 años, no sospechó que su vida cambiaría ese jueves, pasadas las 6 de la mañana. Como todos los días, salió de su casa de Bermúdez al 5100 para que su perro paseara e hiciera sus necesidades. En inmediaciones de Buenos Aires y Esteban de Luca, dos hombres lo abordaron y los obligaron a entrar en un Fiat 128.
Allí lo maniataron con precintos plásticos y a los gritos le exigían “el dinero o la droga”. Después le quitaron la llave de su casa y se dirigieron hacia allá. Una vez en el interior de la vivienda, también redujeron a la esposa de la víctima, revolvieron el lugar y se alzaron con algunas alhajas.
A continuación, obligaron, una vez más, al empresario a subirse al auto y lo dejaron maniatado en la autopista Rosario-Córdoba, en cercanías del puente peatonal de calle Wilde.
