Un enterrador de 62 años del cementerio de Zwolle, localidad en el noroeste de Holanda, quedó sepultado, si bien sin secuelas posteriores, en la tumba que preparaba al volcar la carreta que contenía la tierra para sellar la fosa.

La alud de tierra que previamente había excavado le vino encima mientras estaba en el interior del hoyo realizando los preparativos pertinentes para un entierro que tendría lugar más tarde en la misma jornada, informó la agencia holandesa ANP.

Como máximo exponente del colmo de su oficio, el enterrador quedó sepultado en la tumba que él mismo preparaba, con la carreta como colofón de la obra sobre su cabeza.

Afortunadamente el susto no llegó a ser drama, porque otro enterrador en el cementerio se dio cuenta de lo ocurrido y salió en su socorro, descubriéndole primeramente la cabeza para que pudiera respirar.

El "desentierro" duró aproximadamente una hora y fue llevado a cabo con éxito por los servicios de urgencias, sin que el hombre sufriera más daños que un chichón en la cabeza.