En un estudio prospectivo se investigó la relación entre el estado marital durante la adultez y las funciones cognitivas en la ancianidad. Además, se evaluó la relación con la enfermedad de Alzheimer.

La prevalencia de la demencia en los ancianos ha aumentado en los últimos años, asociada al aumento de la expectativa de vida. En algunos estudios se sugirió la relación entre el estilo de vida y el deterioro de la función cognitiva. Aún más, en un estudio se demostró la disminución del riesgo en las personas ancianas con vida social activa. En este estudio prospectivo se evaluó el estado marital en la mitad de la vida y su asociación con la función cognitiva en la ancianidad.

Los participantes se seleccionaron de dos regiones del este de Finlandia y se evaluaron en la adultez (edad promedio 50,4 años) y 21 años después. Las variables investigadas al inicio y 21 años después fueron: estado marital: soltero/a, casado/a o conviviente, divorciado/a y viudo/a-

Además, se realizaron pruebas para evaluar la disminución de la función cognitiva y la demencia. También se investigó la portación del alelo de la apoliproteína E e4, factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer.

De los participantes seleccionados durante la década del 70 y 80, se seleccionaron 2.000 para una reevaluación al final de 1997. El 73% (1.449 pacientes) con una edad promedio de 71 años accedieron a participar. Los participantes que no tenían pareja al inicio del seguimiento tuvieron el doble de riesgo de desarrollar deterioro cognitivo en la ancianidad y este riesgo aumentó medio punto si se consideraban solo los hombres.

Este riesgo aumentó tres veces si la persona no tuvo pareja en la adultez y la ancianidad. En el sub-análisis, las personas divorciadas o viudas no tuvieron un riesgo significativamente mayor. La portación de apolipoproteína E e4 en los viudos o divorciados fue 25,55 veces mayor que el de los controles casados o convivientes.

Los autores concluyen que existe una asociación independiente entre estado marital en la adultez y la función cognitiva en la ancianidad. Los adultos sin pareja tienen el doble de riesgo de desarrollar deterioro de la función cognitiva y demencia que sus controles en pareja. El riesgo fue aún mayor para los que nunca tuvieron una pareja, los hombres y los viudos. Estos resultados coinciden con la teoría de que las actividades sociales e intelectuales serían protectoras contra la demencia.

Fuente: Medicina Geriátrica