Los rituales y ceremonias se repitieron en todo el mundo para recibir el nuevo año. En Europa, el frio no acobardó a los habitantes que se tiraron a las aguas a pesar del crudo invierno que azota al continente.

En Polonia, Suiza e Italia las personas se divirtieron durante el tradicional baño de Año Nuevo arrojandose a ríos o al mar.

En Brasil, el encuentro fue en la playa al lado del Atlántico. Miles de brasileños se congregaron en Copacabana, Río de Janeiro, para celebrar la llegada del nuevo año con un espectáculo de luces artificiales.

Las celebraciones ocurrieron a lo ancho del planeta rescatando tradiciones y deplegando fuegos artificiales, fiestas de luces, brindis y el deseo común de felicidad.