Un niño brasileño de dos años, al que su padrastro confesó haberle introducido 32 agujas, se recupera bien de una tercera operación para retirarle cuatro de estos objetos del cuerpo, informaron hoy los médicos.

El paciente se encuentra internado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía, y ya respira normalmente y se alimenta sin necesidad de aparatos, según el último boletín médico.

La noche de este lunes, el equipo médico le sometió a una cirugía de cuatro horas para retirar cuatro agujas que presentaban riesgos para su salud, incluida una que se encontraba insertada entre la sexta y séptima vértebra, cerca de la médula ósea.

Anoche también fueron extraídas otras dos agujas de la clavícula izquierda y otra de la axila izquierda, con lo que se elevó a 22 el total de objetos retirados en un total de tres operaciones.

El equipo médico aseguró que el niño podrá recibir el alta en quince días y descartó la posibilidad de extraer las diez agujas restantes, diseminadas por las piernas, porque no representan riesgo para la vida del menor.

El niño tenía objetos punzantes clavados en el corazón, en un pulmón, en la vejiga, el abdomen y en otras diversas partes del cuerpo.

La policía de Bahía presentó cargos por intento de homicidio contra el padrastro del menor, Roberto Carlos Magalhaes, y su novia, Angelina Ribeiro dos Santos, que presuntamente se dedica a realizar rituales de magia negra.

El padrastro confesó ante un programa de televisión que intentaba vengarse de la madre del niño y que aplicó las agujas dos o tres veces por semana durante un mes, utilizando vino para dormir a su víctima.

El caso fue descubierto el pasado día 15, cuando la madre del niño, María Souza Santos, lo ingresó en un hospital de la ciudad de Barreirinhas (Bahía) con dolores de estómago.

Los médicos quedaron perplejos al descubrir el gran número de agujas, que inicialmente se calculó que podía ascender a cincuenta, y por la aparente falta de explicación para el extraño fenómeno.

Fuente: EFE