El alza en el número de conflictos entre vecinos y empresas constructoras se refleja en las 1700 denuncias que durante 2006 obtuvo la Dirección de Obras Particulares de la Municipalidad. Se trata de presentaciones en contra del ruido de las mezcladoras, roturas en medianeras, filtraciones de humedad o denuncias sobre los cascotes que desde la obra lindera caen como meteoros en el patio.

El director de Obras Particulares, Eduardo González, aseguró a Rosario3.com que este último año las denuncias en torno a las obras de construcción han aumentado en forma proporcional al boom de la edificación. “El 90 por ciento de los reclamos son resueltos por los inspectores pero la función del Estado es la de armar el escenario para que las partes en conflicto lleguen a un consenso. Se trata de privados y desde la dirección sólo podemos informar, verificar el problema y como última instancia derivar el caso a una oficina de mediación”, expuso.

Fernanda, una inquilina que le contó su historia a este medio, debió dejar su departamento porque una obra lindera llegó a perforarle la pared de la habitación y debía convivir además con ruidos a toda hora. Frente a este tipo de casos, uos cuarenta inspectores se dedican diariamente a visitar las obras de construcción conflictivas.

“Tenemos mucho trabajo, más que otros años pero como la cantidad de casos es irregular nos manejamos bien”, siguió González, quien vio como positiva la posibilidad de conformar una audiencia pública donde la totalidad de los participantes lleguen a un acuerdo. 

Esa iniciativa del concejal Jorge Boasso, es para el director de Obras Particulares una medida positiva. “Hay mucha desinformación y es evidente que si una empresa constructora empieza la obra teniendo un diálogo con los vecinos todo se resuelve mejor y más rápido”, dijo.