El designado presidente de YPF, Miguel Galuccio tiene 43 años, es oriundo de Paraná, Entre Ríos, y trabaja en el rubro petrolero desde hace 20 años.

Es ingeniero en petróleos, graduado en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires y empezó su carrera en la YPF privatizada por el menemismo de la mano de José Estenssoro.

A mediados de los 90 decidió abandonar sus tareas de la filial de la petrolera en Denver para viajar a los yacimientos santacruceños de Las Heras porque consideraba que a su carrera le faltaba “experiencia en pozo”.

Renunció a YPF cuando en 1999 la firma pasó a manos de Repsol. Fue por “diferencias de gestión” con la compañía ibérica.

Luego se fue a trabajar a México, con la empresa Schlumberger. Hasta su designación en YPF, se desempeñaba como CEO de la Integrated Project Management, unidad de esa firma dedicada a proveer servicios de exploración y perforación a empresas petroleras de todo el mundo.

Galuccio es experto en la localización y perforación de hidrocarburos no tradicionales y tras su paso en Schlmberger tiene buena relación con Petrobrás.