El regreso a Estados Unidos de un niño que vivía con su familia materna en Brasil y era reclamado por su padre, de nacionalidad estadounidense, puso hoy fin a un litigio de 5 años, del que trataron hasta los presidentes de ambos países.

Sean Goldman, de 9 años, fue entregado por sus familiares brasileños en el consulado de EE.UU. en Río de Janeiro y pocas horas después embarcó con su padre, David Goldman, en una avión con destino a Orlando (Florida) y fletado por una red de TV, según el congresista estadounidense Chris Smith.

La familia materna del niño cumplió con lo establecido por el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, pero al entregarlo acusó a las autoridades brasileñas de haberse sometido a las presiones de EE.UU. por "intereses comerciales".

También denunciaron los familiares, por medio de su abogado, Sergio Tostes, que ninguna de sus peticiones fue aceptada y que desconocen cuáles serán en adelante sus derechos sobre el menor ni si podrán volver a verlo.

La custodia del niño era motivo de una disputa en los tribunales de Brasil y Estados Unidos desde 2004, cuando su madre, la ex modelo brasileña Bruna Bianchi, lo trajo a Río de Janeiro supuestamente de vacaciones, pero nunca regresó a Nueva Jersey, en donde vivían.

Bianchi, que tramitó su divorcio en Brasil y se casó con un abogado miembro de una influyente familia carioca, murió el año pasado por complicaciones en el parto de su segunda hija.

Sean quedó entonces en manos de su padrastro de forma provisional mientras las autoridades dirimían quién tenía derecho a su custodia.

En su campaña por recuperar al niño, Goldman obtuvo apoyo del entonces senador Barack Obama, quien, en marzo de este año, durante su primera reunión como presidente de Estados Unidos con el jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por el regreso de Sean.

En una rueda de prensa posterior al encuentro, Lula dijo que el asunto estaba en manos de la Justicia federal de Brasil y que cualquier decisión sería respetada por su gobierno.

Por la devolución del menor también se pronunció en algunas ocasiones la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, quien pidió el cumplimento de la Convención sobre Secuestros de La Haya.

En un comunicado, Clinton se declaró "encantada" por el regreso de Sean Goldman y dio las gracias "a todo el mundo que ayudó a que este largo proceso llegase a una conclusión exitosa".

Goldman también obtuvo el apoyo de miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que llegaron a aprobar una resolución para exigir a Brasil "urgencia extrema" para solucionar el asunto y algunos de los cuales llegaron a acompañar al litigante en sus viajes a Río de Janeiro.

Los mismos legisladores llegaron a vetar un proyecto de ley que ratificaba un acuerdo comercial con Brasil como forma de presión.

Ese veto fue lo que llevó a los abuelos maternos de Sean a denunciar hoy que las autoridades brasileñas fallaron en favor del padre estadounidense por "intereses comerciales".

Así como todo el litigio, la devolución del menor fue envuelta por una gran polémica.

El plazo para entregar al menor vencía este jueves a las 9 hora local (11.00 GMT).

David Goldman, que se encontraba en Río de Janeiro desde hacía una semana, llegó al consulado dos horas antes del final del plazo, mientras que Sean y sus familiares brasileños se presentaron media hora antes y tuvieron problemas para entrar debido al gran número de periodistas y curiosos que se aglomeraba en la puerta.

Una veintena de vigilantes tuvo que abrir un corredor para que el padrastro de Sean, con el niño en brazos, los abuelos y otros familiares que le acompañaban pudieran entrar.

Según el abogado de la familia brasileña, Sergio Tostes, Sean lloró mucho antes de ser devuelto, llegó a tener fiebre anoche y se despidió de su hermana menor diciendo que volvería pronto.

Pese a que los voceros del consulado dijeron que toda la negociación fue realizada entre los abogados, Tostes afirmó que las peticiones de los familiares maternos fueron vetadas por el gobierno estadounidense y aceptadas por el gobierno brasileño.

Igualmente dijo que los abuelos y el padrastro de Sean desconocen cuáles serán sus derechos en adelante y si podrán visitar al niño en Estados Unidos.