En 2013 Geraldine Largay, de 66 años, se fue de campamento a los montes Apalaches (Maine, Estados Unidos). No era la primera vez que hacía una excursión de esas pero fue la última. En un momento, se separó del camino para orinar y se perdió. Intentó comunicarse con su celular –su esposa la esperaba fuera del predio, a poco más de un kilómetro de donde estaba–, pero fue imposible. Hallaron su cadáver dos años después. Logró sobrevivir 26 días. “Cuando encuentren mi cuerpo, por favor avisen a mi esposo”, dejó escrito en su anotador junto a otros detalles de su desesperado deambular.

Algunos de esos detalles –según publicó BBC Mundo– se revelaron recién la semana pasada. Largay fue reportada desaparecida en julio de 2013 y sus restos recuperados en octubre de 2015. La encontraron adentro de su carpa, con un botiquín básico, un rosario, talco, hilo dental y un cepillo de dientes. Una inscripción señala ahora el lugar: “Desearía que estuvieras aquí”.

El archivo que se puso a disposición del público incluye los mensajes de texto que la enfermera jubilada intentó enviar sin éxito a su marido y algunas de las anotaciones que dejó en su diario personal, un pequeño cuaderno negro.

El periplo final de Largay empezó el 22 de julio de 2013, cuando ella se desvió del camino unos metros para ir al baño. Desde ese momento perdió todo contacto con cualquier otro ser humano y jamás volvió a encontrar el sendero.

Desesperada, trató de encontrar un punto donde la señal de su celular le permitiera pedir auxilio a su esposo, quien la esperaba a la salida del bosque, apenas a unos kilómetros de distancia.

"Estoy perdida desde ayer. Me desvié tres o cuatro millas del sendero. Llamen a la policía por favor", es uno de los mensajes de texto que intentó enviar el 23 de julio de ese año.

Su marido denunció su extravío en los montes Apalaches dos días después y la policía de Maine inició su búsqueda casi de inmediato. Sin embargo, no hubo éxito.

Los días que siguieron se ponían cada vez más difíciles. Totalmente desorientada y cada día con más hambre, la mujer apenas atinaba a registrar su lenta despedida de la vida en el cuaderno negro.

De acuerdo a la documentación hecha pública, el operativo de búsqueda de Largay fue uno de los más largos y costosos de la historia de Maine.

El reporte del caso señala que en varias oportunidades los rescatistas estuvieron a menos de 90 metros de encontrar a Largay.

Mientras tanto, Geraldine intentaba dar señales de su paradero encendiendo fogatas y extendiendo su frazada para que alguien la viera desde el aire.

Nada funcionó. Doce días después del extravío, los equipos de rescatistas redujeron la cantidad de operativos y el esposo de Largay abandonaba Maine y retornaba a casa con su hija.

Sin embargo, la enfermera seguía viva.

La última nota la escribió el 18 de agosto, el día en el que murió por inanición y exposición a la naturaleza.