Rosario no se olvida de Cabezas. Es por eso que este miércoles 25 de enero, a 20 años de su asesinato, se realizó un acto en la plaza Pringles, convocado por el Sindicato de Prensa de Rosario y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA). El homenaje se desarrolló en lugar donde se encuentra desde hace años la placa que recuerda al fotoperiodista.


José Luis Cabezas fue asesinado el 25 de enero de 1997 en Pinamar, cuando cubría la temporada de verano para la revista Noticias y su cadáver calcinado fue hallado dentro de su auto, con las manos esposadas a la espalda y dos tiros en la cabeza. Fue ultimado después tomar para esa publicación las primeras fotos hechas públicas del empresario Alfredo Yabrán, en el marco de una investigación periodística sobre su presunta implicación en casos de corrupción política.

Su crimen se convirtió en el peor atentado contra la libertad de expresión en democracia y tuvo amplia repercusión en el país y en el exterior. Consultada al respecto en Radiópolis (Radio 2), la doctora en Ciencias Sociales y profesora de la Universidad de Buenos Aires, sostuvo al respecto: “Seguimos lamentando un hecho que jamás debió haber sucedido. Fue un hecho político que rebalsó el vaso de una sociedad cansada de crímenes mafiosos, fue catalizador de las luchas anteriores y la repercusión fue inmediata”, sostuvo.

“El `No nos olvidemos de Cabezas´es tan fuerte como los desaparecidos, son consignas que sintetizan el trabajo de los Derechos Humanos contra la impunidad, para que estos tipos no sigan en la calle, para que no vuelva a suceder”, observó. Luego, analizó sobre el impacto de su crimen: “José Luis no era militante, era un fotógrafo más que cubría la temporada en Pinamar, no era un trabajo de profundidad política y sin embargo, cumpliendo bien su rol profesional, fue asesinado porque molestó a alguien del poder”. “Entonces –continuó–nos dimos cuenta que todos podíamos ser Cabezas”.

En tanto, desde el Sindicato de Prensa manifestaron al respecto: “Claro que “No nos olvidamos de Cabezas”, porque tenemos presente que su asesinato fue un mensaje mafioso que pretendió ser aleccionador para toda la sociedad al decir que con el poder no hay que meterse, no hay que mostrarlo y mucho menos señalarlo y responsabilizarlo. JLC sólo hizo su trabajo y en ese marco mostró el rostro, hasta ese momento desconocido, de Alfredo Yabrán, uno de los empresarios, socios del menemismo y del neoliberalismo en el poder que trajo desempleo, precarización, angustia y desesperación para trabajadores y trabajadoras y para todo el pueblo”.

Nadie preso

Tras el crimen de José Luis, Yabrán luego fue investigado como autor intelectual pero se suicidó el 20 de mayo de 1998, sin llegar a juicio. En tanto, el último de los condenados que salió en libertad condicional fue el exsubcomisario de la Policía bonaerense Gustavo Prellezo, quien fue el autor material de la muerte del reportero gráfico. Los denominados "Horneros": Sergio González, Horacio Braga, José Luis Auge y Miguel Retana (fallecido en 2001), fueron quienes junto a Prellezo secuestraron a Cabezas y confesaron que les habían pagado para hacer el trabajo, pero que solo le iban a dar "un susto". Ninguno está preso.

Quienes resultaron implicados como partícipes del hecho fueron los ex policías Sergio Camaratta (murió en 2010) y Aníbal Luna, mientras que Silvia Belawsky, ex esposa de Prellezo fue condenada por poco tiempo y tras el juicio recuperó la libertad. Pero quien también recibió una condena de las más duras fue Gregorio Ríos, por entonces el jefe de la seguridad de Yabrán, que fue condenado a una pena a reclusión perpetua pero quedó libre en 2008. Ríos fue beneficiado por la Justicia con la libertad condicional, dado que se le aplicó la ley del "2x1" que computaba como doble el día de detención sin sentencia firme para cualquier imputado o condenado.

Luego, en el "Caso Cabezas II" fue condenado a prisión perpetua el excomisario de Pinamar, Alberto Pedro "La Liebre" Gómez, por haber "liberado" la zona la noche en que mataron a Cabezas y en 2010 recibió el beneficio del arresto domiciliario.