Como cada año para esta época, ya comenzaron a aparecer en diversas zonas de la ciudad ejemplares de alacrán, que si bien se mantienen activos durante todo el año, constituyen la primera especie de arácnidos terrestres adaptados para soportar elevadas temperaturas.

Vecinos del parque Alem, advirtieron la presencia de los animales en la zona cercana a los juegos infantiles, pero desde la dirección municipal de Vectores dicen que “no tiene sentido fumigar en lugares abiertos como plazas y parques”.

Los alacranes se alojan en las grietas de los pisos, en zócalos y huecos de revestimiento de madera o entre escombros. Prefieren un microclima húmedo, se ubican en lugares oscuros y salen de sus nidos durante la noche para capturar sus presas (arañas y cucarachas) y para reproducirse. Se hallan en zonas densamente pobladas lo que, unido a su peligrosidad, lo constituye en el escorpión potencialmente más peligroso de la Argentina.

“Más que fumigar, lo que hay que reforzar son las medidas preventivas", aclaró el director de Control de Vectores, Jorge Dañil, a Rosario3.com, Además, recomendó  que las personas –en especial los niños y los mayores, que son los más vulnerables– permanezcan "alejados de los troncos de los árboles y de los lugares con escombros, malezas altas o piedras apiladas, que son los sitios elegidos por ellos como escondite”.

Según explica Dañil, “el alacrán ataca sólo en el caso de que se sienta molestado”, por eso otro consejo que se da sobre todo a los chicos es no tomar contacto directo con el animal ni tratar de agarrarlos o ponerse a jugar con ellos.

Para evitar el ingreso de alacranes a las viviendas, las medidas que se recomiendan consisten en colocar telas metálicas en rejillas y respiraderos, revisar placares y bibliotecas y no ponerse zapatos o botas sin antes revisar su interior, ya que es uno de los lugares preferidos por ellos para esconderse.

La picadura

La mayoría de los accidentes resultan benignos y la acción del veneno se manifiesta predominantemente sobre el sistema nervioso periférico: dolor muy vivo en la zona de la picadura, a la que suele agregarse edema y en caso más graves necrosis de los tejidos. Cantidades mayores de ponzoña ejercen acción sobre el sistema nervioso central, llegando a producir la muerte por parálisis bulbar.

En la provincia de Santa Fe, en las personas picadas por los alacranes de los que suelen encontrarse en las viviendas, los efectos del veneno no fueron más allá de una sensación de quemadura en la zona afectada síntomas generales, como mareos y náuseas. Los casos más graves y los mortales se producen en niños, personas débiles o con una sensibilidad especial para estas picaduras.