Un grupo de carniceros del mercado municipal de Puertollano (Ciudad Real, en el centro de España) logró en nueve horas elaborar el chorizo más largo del mundo, de más de un kilómetro de longitud (1.019 metros), con el que consiguió batir el récord Guinnes que hasta ahora ostentaba otro embutido de ochocientos metros.

La elaboración del chorizo kilométrico ha corrido a cargo de una docena de personas pertenecientes a la Peña de Puertollano 'Raíces Manchegas' con la colaboración de un grupo de carniceros del mercado municipal y del Ayuntamiento de la ciudad.

El embutido del chorizo se ha realizado con un sistema mecánico, "porque de hacerlo manualmente se hubiera tardado varios días", indicó a EFE el responsable de la iniciativa, Benito Ruiz, quien por otro lado precisó que su elaboración "ha sido como mandan los cánones de la matanza tradicional casera".

Un total de 750 kilos de carne de cerdo y 120 kilos de pimiento molido, además de varios kilos de sal y otras especias, se han utilizado para rellenar los mil metros de tripa natural que han sido precisos para batir el récord mundial.

Su elaboración se ha realizado en una carpa habilitada en el centro de la ciudad donde este sábado se inició el reparto de bocadillos de chorizos una vez troceados, de tal manera que se esperaba repartir más de 10.000 raciones de chorizos entre este sábado y domingo.

La medición del chorizo más largo del mundo se ha realizado con la supervisión de un notario con un aparato topográfico denominado Estación Total.

Mediante un puntero láser "se han ido midiendo distintos puntos para establecer la distancia exacta entre ellos, para conseguir al final el tamaño preciso y exacto de la ristra".

La iniciativa de conseguir este récord mundial coincide con la celebración en Puertollano del tradicional "día del chorizo", una costumbre de los ciudadanos de este municipio de salir al campo cada 23 de enero a comer embutidos de cerdo.

El origen de la tradición

No existe documento histórico que acredite el origen de esta tradición, aunque existen varias leyendas que indican, por un lado, que era una manera de reafirmar a los cristianos frente a los musulmanes, cuya religión les prohíbe comer cerdo, o el agasajo que los vecinos del municipio realizaron a las tropas del rey Alfonso XII cuando acamparon en la ciudad el día de San Ildefonso.

Una tercera leyenda hace referencia a la tradición cristiana de acudir en romería a visitar una hornacina que tenía la imagen de San Ildefonso en una capilla a las afueras de la ciudad, mientras se aprovechaba para comer las primeras viandas derivadas de la matanza del cerdo.

La elaboración del chorizo más grande del mundo permitirá a los puertollanenses mantener la tradición de comer el derivado del cerdo, como cada 23 de enero, después de freírlo en varios fogones como si fueran roscas de churros.

Fuente: EFE