La escena transcurre en un supermercado en Tokio. Un robot, que podría haber salido de la película "La guerra de las galaxias", se desplaza rápidamente por las góndolas y escanea los productos.

Previamente, una mujer mayor le envió a través de un mando a distancia su lista de compras. Cuando ella llega al supermercado, el robot la saluda en la entrada y le ayuda a encontrar los productos que desea llevar y hasta le hace algunas propuestas de compra, según la agencia DPA.

El pequeño ayudante de compras es uno de los modelos de robot más nuevos creado por los científicos del Instituto de Investigaciones Avanzadas en Telecomunicaciones (ATR) y es una fuerte señal de que la revolución de los robots en Japón alcanza, después de las fábricas, también los supermercados, las casas y los hospitales.

En Japón funcionan casi la mitad de los 800.000 robots de fábrica que existen en el mundo. Estas máquinas electrónicas programables limpian pisos, preparan bebidas, sirven sushi, cortan verdura y patrullan como si fueran agentes de seguridad.

Narito Hosomi, presidente de la empresa Toyo Riki en Osaka, comenzó hace cuatro años a producir robots de comunicación. Su firma fabrica desde hace medio siglo robots industriales.

Toyo Riki desarrolló una máquina que ayuda a los pacientes en rehabilitación, justo en momentos en que el personal médico auxiliar es cada vez más escaso.

Otro robot, que parece un personaje de un cómic, es un vigilante nocturno que saluda a las personas que ingresan en una clínica.

"Sólo quería contribuir a que los robots hagan más fácil la vida de las personas en nuestra sociedad que está envejeciendo", dijo Hosomi. Según estimaciones del Instituto Nacional de Población y Protección Social, la proporción de personas mayores de 65 años en la población japonesa subirá al 31,8 por ciento para el año 2030.

Norihiro Hagita, director del laboratorio de investigaciones robóticas del ATR, dijo que cada vez más robots ayudarán en la vida diaria ante todo a las personas más viejas. Para ellos, se deberá desarrollar una relación totalmente nueva entre el hombre y la máquina.

"Si logramos cambiar realmente esa relación, las máquinas deberán reaccionar en el futuro también frente a las personas, como lo harían las personas", dijo Curt Stone de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, en el estado norteamericano de Pennsylvania.

Muchas personas ya aprendieron a operar máquinas y computadoras, indicó Hagita.

Y ahora son las máquinas las que intentan entender cómo se comportan las personas y qué dicen. "La investigación robótica significa también la investigación del ser humano", asegura el especialista.

Entretanto, cada vez más japoneses muestran interés por los robots. Una exhibición internacional en Tokio realizada en noviembre atrajo a 100.000 visitantes en cuatro días.

"Muchos japoneses se crían actualmente con personajes de cómics", indicó Hosomi. "Creo que eso conducirá a un mayor acercamiento y menos temores al contacto con robots".