El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, volvió a cuestionar al gobierno nacional por los índices de pobreza. Esta vez fue en la 35ª peregrinación juvenil a pie a Luján, donde participaron más de un millón de personas, según el cálculo de los organizadores.

El cardenal dijo que preocupan a la Iglesia "los hermanos más pobres" y aludió a "los hijos del descarte, esos hijos que en las sumas y restas de los cálculos han quedado al borde del camino".

"La Iglesia mira a todos sin distinción, pero se viene ocupando desde hace mucho tiempo de los hermanos más pobres. Esos hijos que en las sumas y restas de los cálculos han quedado al borde del camino. Los hijos del descarte", dijo Bergoglio en referencia también a las cifras del Indec.

La multitud reunida en Luján escuchó la misa en la Plaza Belgrano, frente a la basílica, el purpurado porteño exhortó a los jóvenes a "no se dejarse robar la esperanza", e hizo un llamado a todos argentinos para que "juntos, ayudemos a construir una patria de hermanos".

No es la primera vez que Bergoglio cuestiona los niveles de pobreza en Argentina. Hace una semana el sacerdote se refirió “al escándalo de la pobreza” y reclamó “una respuesta ética, cultural y solidaria”, para saldar la deuda social que son “millones de argentinas y argentinos, la mayoría niños y jóvenes”.

Fue al disertar en un Seminario de Políticas Públicas organizado por el ex menemista Roberto Dromi en el Alvear Palace Hotel del barrio porteño de Recoleta. En esa oprotunidad, lo acompañaron el rabino Sergio Bergman y la senadora Hilda González de Duhalde.

La peregrinación

Los organizadores calcularon que más de un millón de personas volvieron a dar muestras de su fe en la peregrinación a Luján de este año.

Los peregrinos recorrieron 59 kilómetros de caminata desde el Santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, hasta la Basílica en un promedio de 16 horas.

Los primeros grupos arribaron cerca de las 4 de la mañana, cuando fueron recibidos con música en la plaza central, frente al templo.

El momento más emocionante para los peregrinos fue la llegada de la imagen de la Virgen, que arribó entre aplausos al lugar cerca de las 7 de la mañana  de este domingo de la mano de miembros del Vicariado Episcopal de Juventud de la Arquidiócesis de Buenos Aires.