Octubre es el mes del cáncer de mama, el más común entre las mujeres. Se estima que una de cada ocho puede padecerlo; por eso, impulsan una campaña de detección temprana que aumente las chances de cura.

Según las estadísticas, el cáncer de mama aumenta su frecuencia en mujeres mayores de 45 o 50 años, pero también se ve en mujeres más jóvenes de 25, 30 o 35 años. Entre 5% y 10% de la población total de mujeres tiene predisposición genética a desarrollar cáncer de mama y hay estudios mediante los cuales se puede comprobar si está presente la mutación genética de esta patología. Más del 90% de los casos detectados a tiempo, se curan.

“Mucho se ha avanzado desde el punto de vista tecnológico para poder alcanzar un diagnóstico temprano”, explicó a Rosario3.com, el jefe del servicio de Diagnóstico por imágenes de la mujer, del Grupo Gamma, Javier Rodríguez Lucero, y señaló que en un primer momento el diagnóstico se hacía a partir de la clínica, cuando la lesión se hacía palpable”.

“Hoy se sabe que el tumor de mama tiene un período subclínico de crecimiento, en el que no es reconocido con la palpación, pero sí puede ser detectado por otros métodos diagnósticos –precisó–, de allí la importancia de hacer estos estudios para encontrarlo en un estadio precoz, que permita hacer un tratamiento mucho menos agresivo y con mejor pronóstico para la paciente”, dijo el especialista.

En muestro país no existen programas oficiales públicos de screening como en otros lugares del mundo, pero por consenso a través de las Sociedades de Ginecología, Oncología y Diagnóstico por imágenes, se recomienda un estudio mamográfico por año, a partir de los 40, en caso de que la paciente no tenga antecedentes familiares de primer grado.

En cambio, si existen esos antecedentes, se recomienda empezarlos 10 años antes de la fecha en la cual fue diagnosticado el problema en el familiar, con el seguimiento y la indicación del médico ginecólogo que lleva adelante la consulta anual de la paciente.

“Las mujeres están mucho mejor predispuestas al examen periódico y tienen un cumplimientop a lo largo del tiempo mucho más prolijo que el hombre, que tiene más resistencia a ese tipo de estudios, pero hay que destacar que la proporción de mujeres que accede anualmente a la mamografía en el país es baja. Esto sucede por resistencia de la paciente o por falta de alcance social de la cobertura médica”, señaló el profesional, y remarcó la necesidad de aumentar la prevención.

El estudio mamográfico no requiere ningún tipo de preparación. Sólo se pide a la paciente que no se coloque antitranspitrante en las axilas porque puede generar alguna confusión en los aparatos y en el diagnóstico posterior. También se les solicita que, en caso de tenerlos, lleven los estudios previos que permitan observar la existencia de alteraciones sutiles entre ambos estudios.

En el caso particular de las mujeres premenopáusicas, se recomienda que realicen el estudio después del período menstrual y no antes, para que toleren mejor la compresión del mamógrafo que a algunas mujeres les resulta molesto, dado que la mama está más sensible. Además, ese detalle permite descartar el riesgo de embarazo y de radiación para esa mujer.

La tecnología disponible

“En 2008, llegó a Rosario la mamografía digital directa, un gran salto tecnológico en cuanto a la calidad de imagen, que se sumó a la ecografía y la resonancia, y en 2012 se incorporó la tomosíntesis 3D (una mamografía que permite detectar lesiones más sutiles aún). Además, se pueden realizar biopsias guiadas por imagen, procedimientos mínimamente invasivos y ambulatorios que permiten abordar lesiones muy pequeñas que, a veces, no merecen cirugía”, explicó Rodríguez Lucero.

En cuanto a la detección del cáncer de mama a través del análisis de sangre, anunciado por investigadores británicos, el profesional dijo que se trata de “un análisis genético que se efectúa a mujeres portadoras de mutaciones celulares que, por esa razón, estarán expuestas a un riesgo muy alto de padecer cáncer de mama”.

“En nuestro medio no está muy difundido y los costos son muy altos –aclaró– pero esperamos que se vaya haciendo más accesible porque es un método que nos posibilitará determinar qué mujer tiene un factor de riesgo familiar importante y tratarla de la manera que corresponde. Además, también servirá para las pacientes con antecedentes familiares, que no sean portadoras de esa mutación genética, para darles tranquilidad y lograr que no sufran con la carga psicológica que implica el temor de ser susceptibles a una enfermedad como esta.

Para las mujeres interesadas en conocer más acerca del tema, el Instituto Gamma convoca a una charla con entrada libre y gratuita que tendrá lugar el viernes 19 de octubre, a las 19, en el hotel de calle San Lorenzo 1.460.  Como las localidades son limitadas, sugieren registrarse previamente.