Expertos reunidos en las Jornadas de “Dermofarmacia” Esta cifra pone en evidencia el interés ciudadano por el mayor órgano del cuerpo humano. Con el objetivo de abordar su tratamiento y cuidado, tendrán lugar las Jornadas Nacionales de Dermofarmacia en Palma de Mallorca -24 al 26 de septiembre- que este año tienen por lema “Sentir” la Cosmética.

¿Cuánto ha envejecido la piel cada año? Esa es la pregunta que 10 millones de personas se plantean anualmente en el mundo. La “edad cutánea” despierta inquietudes a las que resulta difícil responder simplemente con el ojo clínico. Se hacen necesarios, entonces, instrumentos que apoyen un diagnóstico que ayude a la predicción y tratamiento.

Es así que han comenzado a desarrollarse “analizadores de envejecimiento prematuro”, dispositivos que determinan algunos parámetros de la piel (elasticidad, hidratación, pigmentación, temperatura, pH) que permiten dar seguimiento a un problema dermatológico o realizar un diagnóstico para un posterior tratamiento médico/estético.

En efecto, arrugas, piel seca, falta de hidratación y elasticidad contribuyen a incrementar la “edad cutánea”. Por esta misma razón, conocer las características de la piel resulta fundamental a la hora de prevenir y tratar su envejecimiento prematuro.

Un problema que, según la doctora María Ángeles Sola, dermatóloga del Hospital Sagrado Corazón de Barcelona, tiene dos causas principales: “Las intrínsecas, como el paso del tiempo o diferentes procesos hormonales; y las extrínsecas más relacionadas con factores ambientales y externos como el sol, el viento, el frío, la alimentación y el tabaco”.

En cuanto a su tratamiento, la experta aseguró que “lo más importante es la fotoprotección, aunque también se emplean antioxidantes, sobre todo suplementos vitamínicos vía oral”. La doctora Sola matizó que también existen “tratamientos médicos como el ácido retinoico, cosméticos como el retinol y otras sustancias, y quirúrgicos: diferentes tipos de láser, radiofrecuencia y peelings”.

El envejecimiento de la piel supone una pérdida de la función de barrera que ejerce la dermis ante agentes externos, así como una alteración de las fibras de colágeno y la elasticidad de la piel. Esto se aprecia sobre todo en manchas y arrugas, aunque también puede provocar cáncer de piel.

Fuente: Noticias Médicas