La celebración que comenzó el jueves pasado en Sarandí, cuando Central venció a Newell's con el pase a las semifinales de la Copa Argentina, tuvo su continuidad este domingo en el partido ante Colón por Superliga, en el Gigante de Arroyito.

El pueblo canalla pudo al fin encontrarse con sus jugadores para agradecerle la alegría de la semana en cancha de Arsenal, donde se disputó el partido a puertas cerradas.

Las bombas de humo pintaron de azul y amarillo la atmósfera del estadio y el índice de sonoridad aumentó por el cántico de los 40 mil fanáticos que soportaron el clima abrasador de una jornada más veraniega que primaveral.

"¡El Chaco Herrera, qué loco que está!" se escuchó apenas el plantel marcó el césped con tapones de los botines. El destinatario fue el abanderado entre los más aplaudidos. El gol que abrió el marcador con el 2 a 1 ante Newell's tuvo su recompensa.

En el trayecto al banco de los suplentes, el entrenador Edgardo Bauza, ídolo indiscutido como futbolista, recibió un aplauso cerrado, en señal de renovación de crédito a pesar de la campaña del equipo en la Superliga, que respondió con saludos y besos a la distancia.