La definición más emotiva del año se vivió el fin de semana en Inglaterra. Watford recibió a Leicester por la semifinal de vuelta en busca el ascenso a la Premier League y, con el resultado 2 a 1 a favor de los locales, todo quedaba igualado.

Sin embargo, en tiempo extra, Leicester tuvo un penal a favor y la chance de acceder a la final. Y allí se desató lo increíble: el arquero de Watford contuvo el tiro y el rebote y, de contra, surgió el gol de Troy Deeney que significó el 3 a 1 y le posibilitó a su equipo clasificar a la definición.

Con semejante descenlace, el entrenador enloqueció, los hinchas invadieron el campo de juego y se vivieron largos minutos de un delirante festejo.