El Grupo ENCE mantendrá en suspenso la obra en Fray Bentos hasta que se de a conocer el fallo de la Corte Internacional de La Haya, según informaron representantes de la empresa española a dirigentes del Sindicato Unico de la Construcción (Sunca), que reclamaron respuestas ante la incertidumbre creada en torno al futuro del proyecto. Según informa este viernes el diario La República de Uruguay, el director de Recursos Humanos de ENCE, el español Javier Vilas, comunicó a los dirigentes sindicales la convicción que tiene la empresa en el proyecto. No obstante, el ejecutivo español no pudo confirmar cuándo se reanudarán las obras, y estimó que no sería antes del mes de noviembre. Explicó que la decisión de La Haya incidiría directamente sobre la resolución del Banco Mundial en torno al préstamo que solicitaron y que para el grupo español es vital para concretar la obra. La fecha que maneja la empresa española como posible para el pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia, es el 9 de julio y pasó a ser una fecha "bisagra" en los planes. No es probable que la Corporación Financiera Internacional (CFI), del Banco Mundial, resuelva antes de esa fecha el préstamo que estudia para Botnia y ENCE. El valor de este crédito es distinto para la empresa finlandesa que para la española. Según lo ha manifestado el presidente de Botnia, Erkki Varis, la empresa financia el 60% de su obra y el crédito del BM tendría más un valor de "respaldo político" a su proyecto, que meramente financiero. Para ENCE, en cambio, la provisión de los 300 millones de dólares por esa vía, tendrían un valor determinante en la inversión. Por su parte, el presidente Néstor Kirchner pidió ayer frente al Parlamento español ayuda para resolver el diferendo planteado con Uruguay en torno de la instalación de las pasteras en Fray Bentos: “Esperamos que España por Ence, como ya lo expresé respecto de Finlandia por Botnia, nos ayude a resolver el problema como corresponde. No queremos ser depositarios de las obras que no se hacen aquí por cuestiones ambientales como si fuésemos países de segundo grado”, aseguró.