Los miembros de una familia entablaron una demanda contra una funeraria, afirmando que les habían enviado el cerebro de su madre en una bolsa donde estaban sus pertenencias.

La demanda judicial, que fue presentada por cuatro miembros de una familia en una corte distrital de Albuquerque, dijo que el descubrimiento fue hecho un día después del sepelio, cuando los familiares sintieron un mal olor que provenía de la bolsa que recibieron de la funeraria y crematorio DeVargas, de Espanola Valley.

El propietario de la funeraria, Johnny DeVargas, dijo que el error no había sido cometido por su empresa y que la responsabilidad era de otra entidad de Utah, donde la mujer falleció en un accidente automovilístico en septiembre.