Visto desde el Chaco, la lógica es irrefutable: “Para las familias indígenas es más fácil conseguir un plato de comida en Rosario que en nuestra provincia”. Para Orlando Charole, titular del Instituto del Aborigen del Chaco, esa es la explicación más clara de por qué, como dice el intendente Miguel Lifschitz, las migraciones desde esa provincia, lejos de detenerse, crecen día a día.

 

Charole no sólo coincide con el diagnóstico de Lifschitz sino también al señalar cuál es la causa: la falta de políticas de contención por parte del gobierno del Chaco.

 

El titular del Instituto del Aborigen, en diálogo con Rosario3.com, contó que a principios de año analizaron la situación con el intendente Lifschitz. Y que si bien le aclaró que para los indígenas del Chacho los corredores que los unen con las provincias vecinas como Santa Fe son más antiguos que la propia organización política de esos territorios, y su derecho a recorrerlos van más allá de cualquier cuestión vinculada a los problemas de Estado, admitió que las familias indígenas, compuestas por trabajadores rurales, preferirían encontrar en su lugar de origen la asistencia necesaria para no tener que emigrar.

 

“Pero no, el Chaco no tiene un programa de contención para las familias rurales y hoy es más posible conseguir un plato de comida en Rosario que aquí”, enfatizó. Y señaló que es un contrasentido que personas que siempre vivieron del trabajo en el campo tengan que emigrar a una gran ciudada para poder comer.

 

El Instituto del Aborigen es un organismo provincial autárquico que, justamente, propone políticas para mejorar las condiciones de vida de los indígenas chaqueños. Pero, contó Charole, el gobierno provincial no le gira el presupuesto necesario para poder funcionar, lo que, entiende, demuestra la desatención de la administración chaqueña hacia la comunidad aborigen.