Después de los lamentables episodios de violencia que se registraron en el parque de la Independencia después de los últimos dos partidos de Newell’s en el Coloso –Arsenal y San Lorenzo-, y en los cuales la represión policial fue más inaceptable que los esporádicos desbordes de los hinchas, la comisión directiva rojinegra decidió emitir un comunicado al respecto.

El escrito, titulado “Newell’s no apaña la violencia, ni de exaltados ni de policías”, comienza con el siguiente párrafo: “La Comisión Directiva del Club Atlético Newell’s Old Boys quiere llamar a la reflexión tanto a ciertos hinchas del club como a las fuerzas policiales, las que deben custodiar la seguridad dentro y en los alrededores del estadio para evitar, en el futuro inmediato, desgracias que no se puedan reparar”.

“Otra vez la represión policial, a todas luces excesiva e indiscriminada, se utiliza luego de un espectáculo futbolístico, con consecuencias que, advertimos, no resultaron fatales sólo por casualidad”, sigue el documento oficial.

A continuación, se detallan cinco ítems:

1) No podemos silenciar que, por segunda vez en el año, la represión policial a pequeños grupos de exaltados se generalizó con un ataque indiscriminado e ingresando dentro de nuestras instalaciones, sobre todo la tribuna popular, sin el control operativo de oficiales responsables y con agentes que, además de disparar balas de goma al bulto, en una zona sin escape, provocaron en forma agraviante a quienes se supone deben proteger.

2) Tampoco aceptamos que personas camufladas bajo la pasión rojinegra protagonicen hechos delictivos como el intento de robo de una cámara de televisión a un periodista ni agredan físicamente a simpatizantes de otros equipos. El club no permitirá que personas violentas disfruten de la calidad de socios de Newell’s. Por eso solicitamos a quienes tengan información fehaciente sobre el comportamiento de individuos no representativos que pudieron protagonizar estos hechos, nos hagan llegar los datos que nos permitan aplicar las sanciones estatutarias que correspondan.

3) La gran cantidad de heridos y contusos, entre los que se cuentan mujeres y niños, que pudimos contabilizar luego del partido que se jugó el domingo 13 de diciembre en el estadio del Parque de la Independencia, sobrepasa cualquier lógica de contención de hechos que fueron, en un principio, aislados, para transformarse en una verdadera batalla que se podría haber evitado con una acción más humana, respetuosa e inteligente de persuasión.

4) Sabemos que, desde el comienzo de la jornada, debimos transitar una situación muy compleja ya que la capacidad de nuestro estadio se vio sobrepasada por la demanda del público. No deslindamos la responsabilidad que nos cabe y, durante el periodo de descanso del torneo elaboraremos un plan de contingencia, hasta que el estadio del Parque tenga la capacidad suficiente como para albergar a la hinchada rojinegra.

5) Saludamos la decisión de la mayoría del público presente que, ante la adversidad del resultado obtenido, premió con un cerrado aplauso y una estruendosa ovación al primer equipo por su trabajo en el año. Por eso nos negamos a que esta comisión y la inmensa mayoría del pueblo rojinegro quede presa de la actitud violenta de personas que no nos representan y del accionar policial que no cumple con su tarea de custodiar el debido orden.

6) Somos concientes que el poder público está pasando en estos momentos por una transición institucional en el área de Seguridad. Aún sin dar crédito, porque estamos obligados a manejarnos con hechos, sufrimos antes del partido del domingo pasado, la presión de versiones sobre problemas que se iban a vivir dentro y fuera del estadio. Como dirigentes, preventivamente rechazamos cualquier posibilidad de que la seguridad de Newell´s o cualquier otra institución deportiva se transformen en un trofeo político, o de algún sector del área de Seguridad.

7) Existen déficits legales para enfrentar el complejo problema de la violencia en el fútbol. Los dirigentes no somos policías ni jueces, pero cotidianamente debemos enfrentar situaciones en las que el público, o algunos funcionarios despistados, nos pretenden endilgar el carácter de tales. Como dirigentes responsables nos comprometemos a actuar para colaborar con la ley, en una tarea común, para que no se desnaturalice el objetivo con el que fue creado nuestro club. Es nuestro deber.