Los alumnos que toman apuntes a mano recuerdan más y logran una comprensión más profunda de los contenidos que aquellos que escriben en la notebook porque obliga a sintetizar y reorganizar la información, según una investigación reciente de Pam Mueller (Universidad de Princeton) y Daniel Oppenheimer (Universidad de California) publicada en la revista Psychological Science.

Las conclusiones se desprendieron de tres experimentos en los que se les pidió a 67 alumnos que tomaran apuntes de una serie de charlas TED. La mitad debía apuntar a mano, mientras que el resto debía hacerlo en sus notebooks y netbooks. Luego, los especialistas analizaron qué y cuánto recordaban, cómo interpretaban los contenidos y la capacidad de síntesis.

Según los autores del estudio, los alumnos que escriben en la netbook producen apuntes más completos, pero también más literales, mientras que quienes escriben a mano comprenden mejor, porque la escritura manual, al ser más lenta, los obliga a sintetizar y reorganizar la información. Tomar apuntes a mano requiere un procesamiento cognitivo más exigente, mientras que se puede tipear en la laptop de manera automática, sin procesar ni analizar el contenido, explican Mueller y Oppenheimer en su artículo.

“A veces la computadora resulta muy práctica a la hora de organizar apuntes y más para las personas que tienen mala caligrafía”, explica Rufina Pearson, doctora en Psicopedagogía, pero aclara: “Al leer un texto para estudio es importante subrayar y escribir notas marginales que vayan reflejando el procesamiento que se hace de la información”. La especialista extiende el alcance del estudio y plantea: “Últimamente tengo muchas consultas de estudiantes universitarios que vienen de escuelas de alto nivel académico, que no saben procesar información. Estudiar no es repetir, y no puede resolverse leyendo los pdf que envían las universidades. Es clave imprimir y trabajar sobre el texto escrito”.

La escritura a mano también ha sido objeto de otras investigaciones recientes. Un estudio de Karin H. James y Laura Engelhardt, de la Universidad de Indiana, encontró que el procesamiento de las letras en el cerebro se realiza de forma diferente cuando se escriben a mano, y que esto favorece el aprendizaje de la lectura. En otras palabras, dejar de enseñar la escritura manual podría afectar la adquisición de las habilidades lectoras en los chicos.

Pearson destaca el valor de escribir a mano, pero cuestiona la hegemonía de la cursiva en los cuadernos argentinos: “En países como Estados Unidos ya no se enseña la cursiva y ha sido sustituida por la script (imprenta minúscula con tenues lazos entre letras). Esto ha beneficiado mucho a la población escolar, que ya no presenta problemas de legibilidad”, asegura la especialista. En Argentina, en cambio, la cursiva es un contenido curricular. Para Pearson, “esto entorpece el progreso de muchos chicos que, si estuvieran habilitados a escribir en imprenta minúscula, podrían dedicar su energía a procesos más complejos. Muchos chicos tienen gran dificultad copiando del pizarrón o expresando por escrito sus ideas en cursiva, y es impresionante la diferencia que se observa cuando se les hace escribir en imprenta minúscula”.

Los finlandeses, considerados como referentes educativos a nivel mundial, ya avanzaron en esta dirección: a partir de 2016 la cursiva dejará de ser obligatoria en las escuelas de ese país. Aunque algunos medios difundieron que Finlandia descartaría la escritura a mano, lo cierto es que solo se abandonará la cursiva, no la imprenta. En sintonía con las investigaciones recientes, Minna Harmanen, responsable del Instituto Nacional de Educación finlandés, reconoció que la escritura manual es “muy importante para mejorar las habilidades motoras finas, para adquirir destrezas y memoria”.