Estudiantes de La Plata se sacó de encima el debut en el Mundial de Clubes, al vencer sin jugar demasiado bien al Pohang Steelers surcoreano por 2 a 1. Ahora, espera por ver contra que equipo jugará el sábado la final del certamen en los Emiratos Árabes, pero todos sueñan que sea ante Barcelona. Leandro Benítez, marcó los dos goles del Pincha, uno en cada tiempo.

El árbitro italiano Roberto Rosetti expulsó a tres jugadores del Pohang, entre ellos al arquero cuando se habían realizado los tres cambios y tuvo que ponerse los guantes el delantero Denilson.

Los tres expulsados que sufrieron los surcoreanos no influyeron de todos modos en el resultado final, pero le dieron a Estudiantes una gran ventaja.

Los nervios atentaron contra el plantel de Estudiantes, porque hasta el lunes era todo ansiedad y desde temprano hoy eso se transformó en nervios. Las casi tres mil personas que ovacionaron al equipo antes del empezar el partido trataron de hacer sentir local al elenco argentino, que sin embargo nunca se sintió cómodo en el estadio Mohammed Bin Zayed.

De entrada el equipo de Alejandro Sabella buscó llevarse por delante al Pohang y a los cinco minutos generó la primera chances, con una chilena de Mauro Boselli que pegó en el travesaño y en el rebote Benítez no le acertó al arco.

A partir de ese momento el Pincha fue un desconcierto total, con Juan Sebastián Verón entrando poco y mal en juego, y los demás sin sumar ni restar.

Por suerte para Estudiantes, el rival no estaba a su altura y jugando mal pudo sacar diferencia, por una cuestión de jerarquía individual.

El gol de Benítez, que algunos le dieron a Boselli, fue como un oasis en el desierto, porque Estudiantes se moría de sed bajo un calor sofocante, calor que se generaba solo y no por los poco más de 20 grados de temperatura externa.

En el segundo tiempo el Pincha salió a jugar más tranquilo y el nuevo tanto de Benítez le dio paz interior. Sin embargo, se durmió y con un gol en clara posición adelantada el brasileño Denilson le puso dudas al resultado final, marcando el 1-2, que dejó helados a todos los argentinos.

Claro, que luego de eso el italiano Rosetti siguió sacando rojas, expulsó al arquero, tuvo que ir el mejor del equipo surcoreano a atajar, el brasileño Denilson, y así se terminó todo.

El rival de Estudiantes, con once, con diez, nueve u ocho, siempre fue frágil, débil, dio muchas ventajas, que el conjunto platense nunca supo aprovechar, siendo esa, como el haber jugado mal, un alerta importante para Sabella. Un rival como Barcelona o el mismo Atlante de México –chocan entre sí este miércoles– no le dará ventajas y si juega como este martes sus chances serán mínimas.

Lo cierto es que Estudiantes es finalista y ahora será un espectador de lujo del partido entre españoles y mexicanos, de donde saldrá el otro finalista del Mundial de Clubes.