Histórico. No sólo por quién era el rival o porque hacía 23 años que Estudiantes no era campeón del fútbol argentino, sino por la forma en que se ganó el derecho a jugar esta final con Boca y por cómo lo derrotó. El Pincha dio el batacazo en cancha de Vélez y con el 2-1 sobre los xeneizes, jugando un partido inolvidable, se transformó en el nuevo rey.

El equipo dirigido por el Cholo Simeone demostró que se puede combinar sacrificio y buen fútbol y dio una lección de cómo jugar una final ante un rival más acostumbrado a esas circunstancias. Pese a comenzar perdiendo, el equipo de La Plata supo reponerse y terminó aplastando al elenco de Ricardo La Volpe.

Los xeneizes se pusieron en ventaja a través de Martín Palermo a sólo tres minutos de comenzado el encuentro. Sin embargo, el Pincha, que manejó más y mejor la pelota, contó con varias chances claras para igualar pero Aldo Bobadilla y la mala fortuna se pusieron de acuerdo para que el pleito siga a favor de Boca.

Tanto con remates de afuera como con algunas llegadas en profundidad –encabezadas por Verón, Pavone y Sosa–, Estudiantes intentaba inclinar la cancha a su favor. Pero quedaba algo desprotegido atrás y pudo haberlo pagado muy caro si Boca facturaba algunos de los contraataques que plasmó entre Neri Cardozo, Guillermo Barros Schelotto –lo golpearon bastante–, Rodrigo Palacio y Martín Palermo.

La jugada violenta llegó a los 38 minutos, cuando se fueron expulsados Pablo Ledesma y Pablo Álvarez, uno por cada bando. Se enredaron, el primero cayó, tiró una patada desde el suelo y su rival le respondió de la misma forma.

En el complemento, Estudiantes fue arrollador y se aprovechó de un Boca cansado, que veía cómo su rival manejaba los hilos del juego. La Volpe decidió el ingreso de José María Calvo por el Mellizo Guillermo, mientras que por izquierda Claudio Morel Rodríguez era casi el único que intentaba atacar en Boca.

Pero el empate tuvo que esperar la oportunidad de un tiro libre al borde del área. Y cuando todos esperaban que se haga cargo Juan Sebastián Verón, la Bruja se alejó de la pelota y se la dejó a José Sosa. Y le salió bien: el volante la clavó suave junto al palo y puso justicia al marcador.

Pero lejos de reaccionar e ir a buscar otra vez la ventaja, Boca se retrasó y dejó que el Pincha siga controlando el balón. Buscaba pero sin mayores ideas. Y cuando se decidió, los de Simeone aprovecharon.

Pavone, optimista, corrió a buscar un pelotazo que parecía perdido y madrugó a todos. Llegó antes que Bobadilla, le tiró un sombrero, y antes de que la pelota caiga cabeceó al arco por encima del cierre del Cata Díaz y de Morel. Golazo.

Recién ahí se despertó Boca, pero sólo a los ponchazos mudó el juego al área de Estudiantes. Sólo un disparo desde afuera de Calvo o una intervención de Mariano Andujar para sacarle la pelota del pie a Palacio cuando se aprestaba a definir, pueden rescatarse del estéril intento de los de la Ribera, que sumaron tres derrotas en los tres últimos partidos y dejaron escapar el tricampeonato.

Estudiantes, por su parte, logró el cuarto campeonato de su historia, ya que antes había conquistado el Metropolitano 67 y el Nacional del 82 y del 83.

Síntesis

Boca Juniors: Aldo Bobadilla; Hugo Ibarra, Matías Cahais, Daniel Díaz y Claudio Morel Rodríguez; Pablo Ledesma, Fernando Gago y Neri Cardozo; Guillermo Barros Schelotto, Martín Palermo y Rodrigo Palacio. DT: Ricardo La Volpe.

Estudiantes: Mariano Andujar; Marcos Angeleri, Agustín Alayes, Fernando Ortiz y Pablo Alvarez; José Sosa, Rodrigo Braña, Juan Sebastián Verón y Diego Galván; Pablo Luguercio y Mariano Pavone. DT: Diego Simeone.

Gol en el primer tiempo: 3m. Palermo (B).

Goles en el segundo tiempo: 19m. Sosa (E) y 35m. Pavone (E).

Incidencias: 38m expulsados Álvarez (E) y Ledesma (B).

Cancha: Vélez Sarsfield

Árbitro: Sergio Pezzotta