Un estudio realizado con estudiantes de idiomas por investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, ha revelado que el aprendizaje de una nueva lengua aumenta el tamaño del hipocampo y de ciertas regiones de la corteza cerebral.

Los resultados obtenidos, añadidos a otros alcanzados en una investigación previa sobre bilingüismo y Alzhéimer, sugieren que aprender idiomas es una buena manera de mantener el cerebro en forma.

Los científicos usaron en su experimento a los reclutas de la Academia de Traductores de las Fuerzas Armadas de Suecia, y también a un grupo de control formado por estudiantes de ciencias cognitivas y de medicina de la Universidad de Umea, es decir, por personas que estudiaban mucho pero no idiomas.

Según publica la Universidad de Lund en un comunicado los individuos de ambos grupos fueron sometidos a escáneres de imagen por resonancia magnética funcional (IRM), una técnica no invasiva que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cerebro. Los escáneres fueron realizados antes y después de los tres meses de estudio intensivo de idiomas de la Academia.

Los resultados de estas pruebas demostraron que, mientras que la estructura de los cerebros de los individuos del grupo de control permaneció sin cambios después de este periodo, partes específicas de los cerebros de los estudiantes de idioma sí habían crecido.

Las partes cerebrales que aumentaron de tamaño fueron el hipocampo, una región localizada en la parte medial del lóbulo temporal del cerebro que está relacionada con el aprendizaje y la orientación espacial; y tres áreas de la corteza cerebral.

“Nos sorprendió que diferentes partes del cerebro se desarrollaran en grados diversos, dependiendo del rendimiento de los estudiantes y del nivel de esfuerzo que estos habían dedicado al curso”, afirma Johan Mårtensson, investigador de psicología de la Universidad de Lund y co-autor del estudio.

En concreto, los estudiantes con un crecimiento mayor del hipocampo y de áreas de la corteza cerebral relacionadas con el aprendizaje del lenguaje (el giro temporal superior ) presentaron mejores habilidades lingüísticas que el resto de los estudiantes de idiomas.

Además, aquellos estudiantes que se habían esforzado más en aprender, presentaron un mayor crecimiento en una parte de la región motora de la corteza cerebral (el giro frontal medial ).

Las regiones cerebrales en las que todos estos cambios tuvieron lugar están relacionadas con la facilidad para aprender idiomas, y presentaron variaciones acordes con el rendimiento individual de los estudiantes, explican los científicos.

Fuente: Tendencias 21