“Los seres humanos, en su tránsito por la vida intrauterina, van recibiendo estímulos, amor, contención y también una programación. Hay una tarea de diferenciación con los progenitores. Poder ser uno mismo es alejarse de las programaciones recibidas y transitar la vida por un camino propio”, explica la eutonista y docente Frida Kaplan. A través de la eutonía se potencia la personalidad, la individualidad y durante el embarazo, se mejora el establecimiento de los lazos con el bebé, se reducen las molestias físicas y se fortalece la relación de pareja.


Gerda Alexander, la creadora de la eutonía dijo: "El trabajo en la eutonía es la búsqueda de la propia personalidad y es la búsqueda de esa totalidad, porque no se trabaja solamente con el cuerpo. Se trata de comprender la totalidad del ser humano, el aspecto psicosomático, las emociones, las experiencias, la expresión y la conciencia, es decir, el espíritu humano. Esta disciplina provee los recursos para vivir las propias experiencias". 


Kaplan expresa que "la eutonía es una disciplina corporal que facilita el autoconocimiento. Se trata de un aprendizaje para focalizar la atención, incrementar el contacto y desarrollar la percepción y la utilizacion de la mirada interna", mientras afirma que "mediante la práctica la embarazada aprende a realizar trabajos de contacto, con ella misma, con la pareja y de ambos con el bebé.  Se llevan a cabo trabajos de contacto para que la mamá tenga la conciencia vivencial del espacio por donde pasara su hijo al nacer".

Otra temática que se aborda desde esta disciplina es el rol paterno. Esta actividad le permite al papá comprometerse física y emocionalmente con su ser padre. Vivenciar que su rol comienza durante el embarazo. Cuando esto sucede la pareja tiene la posibilidad de compartir miedos, angustias y alegrías, las primeras se reparten y la última se duplica.

Está comprobado que quien recibe durante su vida intrauterina el amor y la contencion de sus padres tendrá después una calidad de vida completamente distinta de aquel que el que recibió solo indiferencia.

Desde la eutonía existen trabajos específicos para elevar el umbral del dolor,  mitigar las molestias normales durante el embarazo como los dolores en el nervio ciático, en la cintura, calambres en las piernas, opresión, dificultad para respirar, tener puntadas en la parte baja y no poder caminar, etc. La pareja aprende a realizar tareas para aflojar tensiones dolorosas.

A través de un trabajo consciente, se reconoce la presencia del coxis (hueso dulce) ya que tener conciencia del mismo facilita el pujo. Pujar dirigiendo la fuerza al espacio por donde pasará el bebé para nacer.

Esta práctica propone  la emisión de un sonido (en silencio o con volumen) recorriendo un camino interno desde la cavidad bucal hasta la pélvica. Este sonido durante el embarazo ayuda cuando aparecen contracciones, facilita el aprendizaje para usarlo en el momento del parto, además permite constatar vivencialmente las bondades del mismo.

También durante la gestación el sonido ayuda a conectarse con el bebé, se convierte en un elemento conocido para él, un acompañamiento que lo contiene y tranquiliza aún después del nacimiento. Durante el trabajo de parto la emisión de este sonido puede facilitar el descenso del bebé, realizado por la pareja la voz del papé transmite fuerza y energía a la mamá y a su hijo.

Este aprendizaje posibilita al padre tener un comportamiento activo en el embarazo y parto. El puede vivenciar el nacimiento de su hijo acompañando y conteniendo a su mujer. Saber que hacer con el cuerpo aumenta la confianza en si mismo y les permite, tanto al varón como a la mujer, un mejor transito por el periodo de gestación y un mayor alejamiento de las situaciones de descontrol y desorientación. 

Fuente: Planeta Mamá