Cristian Carballo, de 10 años, y Alexis Alcaratz, de 8 años, jugaban a la pelota en el pasillo de un edificio de Doctor Rivas al 2600 como casi todas las tardes cuando explotó un medidor de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). La explosión se produjo después que la pelota impactó con el medidor, pero aparentemente había de antemano un desperfecto en el aparato. 

Tras el  estallido los nenes sufrieron quemaduras por lo que debieron ser trasladados al Hospital de Niños Víctor J. Vilela.

El menor se quemó manos y rostro y como fue quién recibió la descarga se encuentra en terapia intensiva. En tanto, el mayor, que se quemó piernas y brazos, se encuentra en la sala de quemados de ese centro de salud.

La causa del accidente no está clara. Aunque la policía atribuyó la explosión al desperfecto de un transformador, desde la EPE lo desmintieron y especularon con la posibilidad de que los chicos hayan manipulado el medidor.

En contacto con Radio 2, Jorge Carballo, el padre de Cristian, manifetsó que desde la EPE nadie se comunicó con ellos después de lo ocurrido. "Estamos indignados porque la empresa lo único que hizo fue mandar una cuadrilla que remarcó que había una negligencia por parte de los chicos. Yo puedo asegurar que ellos jugaban a la pelota, pero no metieron la mano en el medidor", lamentó Carballo. Y agregó: "Nadie nos vino a ver ni nos dijo que fue lo que ocurrió realmente"

En tanto, Diana Antruejo, de la EPE, intento quitar responsbailidades a la empresa prestadora de la energía. "Se están realziando los peritajes para saber que fue lo que ocurrió, no se puede afirmar ahora si estaba en mal estado hay que investigar", dijo Antruejo