Roger Federer agrandó su leyenda en el Abierto de Estados Unidos, el último del año, al quedarse por cuarta vez consecutiva con ese título, esta vez tras ganarle sin fisuras al serbio Novak Djokovic por 7-6, 7-6 y 6-4.
Djokovic, el tercer finalista más joven del Abierto de Estados Unidos en la era Open -superado sólo por los míticos Sampras y el sueco Bjorn Borj- terminó impotente ante la impasibilidad del suizo. Tuvo el partido en su mano. Dispuso de opciones para ganar los dos primeros sets pero terminó absorbido por la magnitud del acontecimiento y la grandeza del rival.
Sin embargo, a Federer se le agotan los alicientes. Plagado de éxitos, el reto de igualar a Sampras como rey del tenis es una cuestión de tiempo. El otro reto lo custodia el español Rafael Nadal, poderoso e infranqueable en arcilla. El único capaz de frenar el absolutismo del campeón.
El exceso de ansiedad acabó por condenar al joven Djokovic, de veinte años. Cuando su tenis era de alto nivel y tenía al suizo distante de su mejor momento. Contra las cuerdas. Especialmente significativo resultó el primer parcial, cuando el serbio navegó a favor de corriente desde que rompió el saque de Federer en el noveno juego.
Sin continuidad en ese juego excelso que acostumbra, el número uno del mundo afrontó con naturalidad su décima final grande consecutiva. Eso pudo llevarle a un transitó por el alambre también por la segunda manga. Excesivo en los errores pero rescatado por su saque que, no obstante perdió en el cuarto juego.
La situación no dejó de dar ocasiones a la raqueta del jugador de Belgrado, que antes de un nuevo desempate que pudo evitar, dispuso de otras dos opciones para resolver el parcial. Federer, que firmó doce saques directos, solventó la situación con primeros servicios.
De tanto esperar emergió el genio, que jugó con grandeza el desempate para encarrilar un triunfo, que selló en el tercer parcial. El número uno del mundo, invadido por la experiencia y la percepción de la situación de su rival, echó el resto en el décimo juego del tercer set. Se arrodilló en la red como dicta la tradición y su rutina y celebró uno más de sus éxitos.
Fuente: EFE