La 179 edición de la tradicional Oktoberfest de Múnich, la fiesta cervecera por definición, llegó este domingo a su fin con menor afluencia de público respecto al año pasado en sus dos semanas de duración, pero un mayor número de peleas y de visitantes atendidos por intoxicación alcohólica.

Mientras el director de la Oktoberfest, Dieter Reiter, habló en su balance de una fiesta bávara, agradable, familiar, con buenas cifras de asistencia y feriantes y expositores satisfechos, las fuerzas de seguridad destacaron el lado negativo del festival.

La policía realizó más de 2.000 actuaciones, un 3,5 por ciento más que en 2011, y en total se registraron 66 "peleas con jarra", es decir, ocho riñas más que el año pasado en las que las jarras de litro, la medida de referencia de la Oktoberfest, se convierten en arma de ataque.

"Esto ya va al límite y más allá", declaró Wolfgang Wenger, portavoz de las fuerzas de seguridad.

Por otra parte, la Cruz Roja del estado federado de Baviera atendió en estas dos semanas de fiesta a un total de 827 personas con intoxicación alcohólica, frente a 777 en la edición anterior.

Unos 6,4 millones de personas, alrededor de medio millón menos que el año pasado, visitaron esta ya tradicional y popular fiesta cervecera, aunque también es cierto que el espacio se redujo porque el recinto acogió además en la primera semana una feria agrícola.

Los visitantes consumieron un total de 6,9 millones de litros de cerveza -el precio de la "Mass" o jarra de litro se situó este año entre los 9,20 y los 9,50 euros- y se asaron y comieron 116 bueyes, 57 terneros y miles de pollos.

El 3 de octubre, día en que Alemania celebra su reunificación, fue el más exitoso en años, según Reiter, quien señaló que "ésta fue probablemente la mejor jornada con diferencia para los feriantes".

Mucha gente del público vistió el tradicional traje regional, por lo que "visualmente parecía que sólo hubiera bávaros en la 'Wiesn'" -apodo de Theresienwiese, el Prado de Santa Teresa donde tiene lugar la fiesta-, señaló Reiter.

En toda su historia, la multitudinaria fiesta sólo fue cancelada en tiempos de guerra.

Fuente: EFE