Es, de alguna manera, más de lo mismo. Las flaquezas del Estado para dar respuesta ante la problemática de los menores que delinquen quedaron nuevamente expuestas con el caso de un chico de 17 años que fue detenido con un arma tras un hecho de robo y volvió a ser capturado un rato más tarde en idéntica situación. En el medio, un juzgado de menores ordenó que quedara bajo arresto domiciliario al cuidado de su madre, que no pudo retenerlo. Ahora quedó alojado en el Instituto de Rehabilitación de Adolescentes de Rosario (Irar).

El Juzgado de Menores de la 4ª Nominación es el que intervino en el caso. La secretaria del mismo –está vacante–, Cristina Herrera, justificó el hecho de que el muchacho no haya sido enviado a una institución tras la primera detención en que “no tenía muchos antecedentes” y aportó un dato inquietante: dijo que cuando los chicos son detenidos durante la noche se hace prácticamente imposible enviarlo al Irar por el tramiterío que se requiere.

“Tenemos que tratar que los chicos cometan delitos antes de la 10 de la noche”, dijo la funcionaria judicial en diálogo con el programa Diez puntos, de Radio 2.

Este miércoles a las 16, dos chicos de 15 y 17 años intentaron asaltar a un ciclista en Lamadrid y Alsina. Personal policial de Sustracción de Automotores vio la escena y tuvo un intercambio de disparos con los adolescentes, que consiguieron escapar. Pero un rato más tarde los detuvieron. El mayor de ellos tenía una pistola calibre 38.

Cuando llegó, hubo sorpresa en el juzgado. Es que el mismo muchacho había sido detenido a las 9 de la mañana por personal policial, que lo encontró con un arma calibre 32. El juzgado se lo entregó a su madre a las 14, con la orden de que no saliera por 48 horas. Ni dos se mantuvo adentro.

La secretaria del juzgado, Cristina Herrera, dijo que como “no tenía muchos antecedentes” se decidió dejarlo al cuidado de su madre. En total, explicó, fueron unos seis hechos –tentativas de robo– y sin armas.

La decisión, entonces, fue “tratar de ponerle freno al raid delictivo con la entrega a su progenitor”. Después quedó claro que la madre no podía controlarlo y fue alojado en el Irar.