A quien le tocó cubrir alguna marcha, acto o lío en la calle, seguro que lo cruzó, cámara en mano. Ignacio Amaya murió este lunes por la noche en un accidente de tránsito cuando regresaba a Rosario desde Chovet junto con la diputada nacional Josefina González y otras tres personas más. Militante, fotógrafo y estudiante de Antropología, esa noche viajaba en la parte de atrás. Aseguran que falleció en el acto. Tenía 37 años. La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) lo recordó este martes con una foto suya, pidiendo justicia por el crimen del reportero gráfico Jorge Luis Cabezas. Lo velan este martes en Caramuto.

El grupo había iniciado el regreso de noche. Al día siguiente debían participar en Rosario de la presentación de la lista Unidad Ciudadana que tiene a González en el segundo lugar, detrás de Agustín Rossi como precandidatos al Congreso. Amaya se iba a encargar de la comunicación de la campaña de la Tana.

Hasta este nuevo desafío, trabajaba con la concejala Marina Magnani. Lo suyo era la imagen. Allí había encontrado, aseguró la edila en contacto con Rosario3.com, su ámbito de militancia. Su forma de comunicar, de acercarse, de enseñar y de ayudar.

“Nacho era un chico con mucho sentido del humor, muy incisivo”, lo recordó, entre lágrimas, Magnini. Se conocieron en 2012. Nacho venía de militar en Patria Grande y por una de esas escisiones de la política, cuando llegó el momento de elegir, abrazó el kirchnerismo. Desde entonces militaba en La Cámpora, pero su primera experiencia fue en Nuevo Alberdi en una pequeña agrupación barrial.

A Rosario llegó en su adolescencia, en un momento en la que su papá, obrero metalúrgico, se había quedado sin trabajo. Sus padres viven ahora en San Nicolás. Pero él decidió quedarse en la ciudad, en cuyas calles se lo solía ver cámara en mano.