El papa Francisco es uno de los candidatos a obtener este viernes el premio Nobel de la Paz por sus rotundos mensajes por la "no violencia" y la acogida de refugiados desde Siria.

Francisco inició este año con un llamado a la "no violencia como política para la paz", al dar su mensaje anual para la 50ª edición de la Jornada Mundial de la Paz que se celebra todos los 1 de enero.

"La violencia y la paz están en el origen de dos maneras opuestas de construir la sociedad", expresó el Pontífice argentino en el mensaje en el que afirmó que "la proliferación de brotes de violencia da origen a gravísimas y negativas consecuencias sociales".

El Santo Padre expresó además su deseo de que la no violencia "se trasforme, desde el nivel local y cotidiano hasta el orden mundial, en el estilo característico de nuestras decisiones, de nuestras relaciones, de nuestras acciones y de la política en todas sus formas".

El año pasado, en un gesto destacado a nivel humanitario de manera global, el Pontífice visitó un campo de refugiados en la isla griega de Lesbos y de manera totalmente sorpresiva subió a su avión de regreso a Roma a 12 musulmanes sirios, que fueron acogidos por la Santa Sede.

Desde entonces, con el impulso del Pontífice, la comunidad católica italiana San Egidio impulsó corredores humanitarios que ya han permitido la llegada a Roma de casi 1000 personas salvas y sanas desde Líbano y en julio pasado el gobierno francés replicó la iniciativa.

Además, Francisco dio en septiembre pasado un paso importante para el proceso de reconciliación en Colombia tras más de 50 años de conflicto armado en el país sudamericano.

Allí, durante una visita de cinco días, animó a víctimas y victimarios a dar "pasos concretos" para la pacificación del país y plantó un árbol como símbolo de "reconciliación" frente a las autoridades políticas, ex guerrilleros y víctimas de la guerrilla y los paramilitares.

De todas formas, ya el año pasado el Comité Nobel distinguió al presidente colombiano Juan Manuel Santos por la firma de los acuerdos de paz con las FARC, ahora devenidas partido político, por lo que parece improbable que en dos distinciones consecutivas se refieran al mismo tema.

El eventual galardón a Jorge Bergoglio aparece nuevamente como una posibilidad, al igual que en años anteriores, pese a que el Comité Nobel noruego no revela los nombres de los postulados hasta pasados 50 años y sólo hace público el número total de aspirantes, que este año ascienden a 318. Como ocurre cada año, la identidad de los candidatos se conoce si quienes los nominan lo hacen público.

La diplomacia vaticana impulsada por el Pontífice argentino ya se había anotado una victoria a fines de 2014 con el "deshielo" de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en el que Jorge Bergoglio tuvo un rol fundamental por el que en septiembre de 2015, en un viaje histórico, visitó primero La Habana y luego, por primera vez en su vida, el país norteamericano.

El Nobel de la Paz, que se conocerá este viernes a las 6 hora argentina, es el único de los seis premios de la academia sueca que no se otorga y entrega en Suecia sino en Oslo, Noruega, por deseo expreso de Alfred Nobel, ya que en su época este país formaba parte del reino sueco.

En caso de obtener el galardón que se entrega en Oslo el primer viernes de octubre de cada año, el papa Francisco podría convertirse en el tercer argentino y el séptimo latinoamericano en ganar el Premio Nobel de Paz.

La lista latinoamericana fue inaugurada en 1936 justamente por el argentino Carlos Saavedra Lamas por su mediación en la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay.

El argentino Adolfo Pérez Esquivel fue galardonado en 1980 como activista en defensa de los derechos humanos y su lucha contra las aberraciones de la última dictadura entre 1976 y 1983.